Por: José Rafael Gómez Reguera
Diciembre siempre nos trae de vuelta importantes fechas históricas, con el aniversario 62 de la liberación de Trinidad por tropas combinadas del Ejército Rebelde y el Directorio Revolucionario 13 de marzo, e iniciando el nuevo año, el del triunfo de la Revolución cubana, momentos que además de celebraciones, esta vez limitadas por la pandemia de la COVID-19, no dejarán de ser relevantes.
El impulso a la producción de alimentos está a la cabeza de la mayor parte de las acciones, para poder dejar atrás buena parte de los daños ocasionados a este terruño por la tormenta tropical Eta, y no pocas han sido las movilizaciones populares protagonizadas hacia los principales polos productivos trinitarios, con aporte juvenil y del propio campesinado sureño.
Porque si fuerte es el compromiso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), tanto con sus Cooperativas de Producción Agropecuaria como las de Créditos y Servicios, también lo es el de la juventud trinitaria que, a la par de las demás organizaciones políticas y de masas, se hizo presente en los surcos.
En el ámbito citadino ya se respiran aires festivos, con la pintura de contenes de las aceras, los arreglos de fin de año en las instalaciones hoteleras que comienzan su lenta e imprescindible recuperación, la puesta en marcha del Ocio Club de la extrahotelera Palmares, lo que ya se vislumbra del teatro Caridad, y las proyecciones de una sociedad que apunta hacia un 2021 de manera optimista.