Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
A las puertas del aniversario 507 de la fundación de Trinidad reciben los toques finales obras que mejoran la calidad de vida de los habitantes de esta localidad o regalan satisfacciones espirituales como es el caso del teatro Caridad que renace después de más tres décadas de abandono.
En el inmueble concluye la etapa final de un proyecto ambicioso que comenzó con la restauración del edificio bajo la tutela de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios; las acciones en estos momentos se concentran en la instalación de la tecnología que comprende la escenografía, el audio, las luces, la decoración y la ambientación de lo que ya se considera el centro cultural más importante de la sureña urbe.
En saludo a los festejos fundacionales también se entregará un grupo de viviendas – nueve de las once previstas- en el consejo popular de Manaca Iznaga como parte de un programa asumido también por la Oficina trinitaria y que tiene como propósito mejorar las condiciones de vida de los vecinos del antiguo caserío de esclavos asentado aún en esa zona.
Entre las obras beneficiadas sobresale el círculo infantil Guerrillerito del Escambray donde concluye la rehabilitación integral del edifico y la mejora del patio, la cocina, los baños y las áreas de juego de la instalación con capacidad para 90 niños. Por estos días también se intensifican las labores en la nueva sala de medicina y el internado que ocupará la segunda planta del Hospital General Tomás Carrera Galiano a fin de mejorar la atención a los pacientes en el centro asistencial.
Para el nuevo cumpleaños de la tercera villa cubana se remodeló la calzada por la cual se accede al hotel La Popa y que mejora notablemente la imagen y el entorno de esa barriada, balcón natural de la ciudad que pese al impacto de la pandemia se retoca para celebrar -con las restricciones impuestas por la actual situación epidemiológica- los festejos fundacionales.