Lean Manuel: cuando el amor salva

Lester y Eliane agradecen al sistema de salud en Cuba por la recuperación de su hijo, Lean Manuel. Foto Ana Martha Panadés Rodríguez.

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

La trinitaria Eliane Romero Barceló aprieta fuerte a su hijo que respira tranquilo en su regazo. La abuela, también cerca, lo observa y ya no le preocupa la palidez del niño. El tono rosa de los cachetes confirma su vitalidad. La madre lo amamanta con ternura infinita y tal vez algo de zozobra; todavía duele aquel diagnóstico que llegó casi por azar, pero salvó la vida del pequeño Lean Manuel Solorzano Romero.

La madre confió en los médicos y en la Revolución para salvar a su bebé. Foto: Ana Martha Panadés Rodríguez.

“Estábamos aquí en la casa- recuerda – y llegó la enfermera a pesquisar, el niño tosía un poco, enseguida se activó el sistema de salud y nos trasladan a Sancti Spíritus; su papá debió quedarse en un centro de aislamiento. Cuando llegamos al hospital pediátrico lo recibe un médico, lo examina e indica otras pruebas.”

En medio de la tensión frente a la COVID-19, la pericia y la preocupación de los médicos del Hospital Pediátrico Provincial José Martí resultaron clave para diagnosticar una cardiopatía congénita, confirmada después del ecocardiograma y otros exámenes. En apenas horas realizaron la coordinación con el Cardiocentro William Soler en la Habana. El pequeño, de seis meses de edad, estaba en buenas manos.

De eso tiene la certeza absoluta el padre, Lester Solerzano Muñiz: “Después del resultado negativo de mi PCR, la ambulancia nos traslada para el hospital el tres de febrero, el médico está esperando, se entrevista con nosotros y nos dice que debe operar lo más pronto posible, la vida de Lean corre peligro, tuvimos que firmar un documento con nuestro consentimiento”.

Eliane observa ahora a su hijo – aún con la herida reciente en su pecho-, y la emoción desborda sus ojos; solo ella sabe a cuánto dolor necesitó sobreponerse para escuchar las palabras del médico, dulces, pero sin ocultar la gravedad del niño; decidió entonces confiar en la generosidad de aquel hombre que prometió cuidar a su bebé.

Solo después conoció su nombre; el doctor Eugenio Selman-Housein Sosa, eminente cardiocirujano y director del centro asistencial encabezó el equipo de profesionales a cargo de la intervención quirúrgica, que comenzó a las ocho de la noche y se extendió hasta las doce de la madrugada. Pero Eliane y Lester no estuvieron solos; allí encontraron el apoyo de los trabajadores del Cardiocentro y desde el teléfono, el aliento de la familia, los amigos y compañeros de trabajo.

Rodeado de cuidados y amor se recupera Lean Manuel. Foto: Ana Martha Panadés Rodríguez.

Tras cuatro horas de angustias, logró rectificarse el defecto cardiaco congénito de Lean Manuel, conocido como transposición de los grandes vasos. En esta malformación se produce una disposición anormal de los principales vasos sanguíneos que salen del corazón, alterándose, por tanto, la circulación normal de la sangre y con un pronóstico desfavorable si no se realiza oportunamente la cirugía.

Eliane Romero, ama de casa y Lester Solorzano, suboficial y técnico en comunicaciones del sector militar en Trinidad, agradecen el desvelo y el apoyo de todos. Ahora, en uno de los edificios del poblado La Papelera velan celosamente por la recuperación de Lean Manuel, el protagonista de esta historia de vida en medio de la COVID-19

“Son muchas las personas a las que les debo la vida de mi hijo y por eso estoy eternamente agradecida y también al sistema de salud, al gobierno de este país- dice ella casi en la despedida. Él confiesa que no encuentra las palabras exactas para expresar la gratitud que siente: “la verdad que como la salud de Cuba no hay, ver a mi hijo recuperado con la esperanza de una vida normal es lo más grande y lindo que nos ha regalado la Revolución”.