Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Trinidad -en fase de transmisión autóctona limitada- vive un contexto epidemiológico complejo, con un número importante de pacientes positivos a la COVID-19 diagnosticados en las dos últimas semanas para incluirse entre los territorios espirituanos con mayor número de enfermos en este rebrote, el de peores guarismos desde el comienzo de la pandemia en marzo del 2020.
Con más de 200 personas en vigilancia epidemiológica por su condición de contactos o sospechosos, resulta muy probable que en los próximos días crezca la curva de contagios y por tanto el riesgo de transmisión del virus SARS-CoV-2, a partir del incremento de los controles de foco en varias zonas de la ciudad.
La directora del Centro Municipal de Higiene y Epidemiología, la doctora Yanisleidi Turiño Lema, insistió en la disciplina y la responsabilidad de los trinitarios, no solo para evitar el contagio sino también para no ocultar síntomas y acudir de inmediato a la atención médica, que decide la conducta a seguir.
“En todos los centros asistenciales –precisó la especialista- existe la consulta de infecciones respiratorias agudas, (IRA), donde se realiza un test rápido a todos los pacientes que lleguen con cualquier síntoma asociado a la enfermedad; en 30 minutos se tiene el resultado y mayor claridad sobre el protocolo a poner en práctica.”
Al comportamiento peligroso de la epidemia se añade otro dato significativo: el número de pacientes en edades pediátricas diagnosticados, lo que llama la atención sobre la responsabilidad de la familia en el cumplimiento de las medidas para evitar exponer a los menores a esta enfermedad y a sus complicaciones.
A casi un año del reporte en Cuba de los primeros casos positivos, tres turistas italianos hospedados en un hostal de la ciudad, la COVID-19 ha significado un alto costo humano y de recursos que impacta en la vida de todos los cubanos y en particular de los habitantes de esta ciudad turística.