En el plano productivo la contienda está a medio camino, pero hay atraso y descendió el estimado cañero
Luego de transitar la primera parte de la zafra con una ventaja productiva que obedecía concretamente al adelanto de la arrancada, la cosecha en Sancti Spíritus se ha movido en las últimas semanas contraria a las manecillas del reloj, porque en la medida que avanza el calendario se incrementa el atraso productivo, desfase que hasta esta semana representaba alargar las operaciones 10 días en el central Uruguay y 15 en el Melanio Hernández.
La campaña cojea de la baja molida desde un inicio como consecuencia del insuficiente abasto cañero por la falta de recursos esenciales o su llegada tardía; pero aun así el territorio ha logrado la mitad del plan de producción de azúcar, aunque febrero terminó con un desenlace que se olfateaba: la disminución de los volúmenes de caña a moler.
Aselio Sánchez Cadalso, director de la Empresa Azucarera Sancti Spíritus, expresó a la prensa que ante tal panorama sobrevino la reprogramación de la zafra condicionada por el descenso del estimado cañero por debajo de lo previsto inicialmente, de manera que al territorio le quedaban —hasta la semana en curso— más de 50 jornadas de cosecha, lo cual alargará las operaciones del central Uruguay hasta la última decena de abril, en tanto en el Melanio Hernández la terminación está prevista para alrededor de la mitad de ese mes.
“Al cierre de febrero el estimado se cumplía al 96 por ciento, de manera que nos faltará materia prima y se tomó la decisión por Azcuba de vincularnos a áreas de la provincia de Ciego de Ávila —cerca de 80 000 toneladas de caña—, eso dará la posibilidad del completar el plan de azúcar, un compromiso al que no renunciamos, hay buen ánimo en los colectivos y haremos el mayor esfuerzo en lo que resta de marzo y abril”, declaró el directivo.
“Hemos tenido, como se dice, de todo un poco, algunos recursos no entraron en la fecha indicada, principalmente neumáticos para camiones y tractores, también ha existido déficit de baterías, problemas con el combustible y roturas en los equipos que han afectado la cosecha. Además de que el brote de la COVID-19 en Uruguay nos creó una situación muy tensa; por suerte ha ido mejorando y ya todos los compañeros que enfermaron están de alta”, precisó.
Es cierto que las nuevas áreas que se van a cortar en Ciego de Ávila son plantaciones cañeras de Cuba como lo será también el azúcar que se fabrique; pero para el caso particular de Sancti Spíritus se repite otra vez la película de necesitar materia prima de otro territorio para aspirar a producir un nivel de crudo que inicialmente se programó con caña espirituana. (Tomado de Escambray)