Por: José Rafael Gómez Reguera
Las sonrisas en los rostros son más que elocuentes. La señal de la victoria en una mano mucho más. El candidato vacunal Abdala sigue su camino al interior de cada trinitario, en esta segunda dosis que se inocula a los que ya experimentaron el orgullo de tener una vacuna cubana que, poco a poco, prepara sus organismos para enfrentar el peligroso SARS-CoV-2 causante de la COVID-19. Otros la reciben por vez primera. Pronto será algo generalizado.
Saber que el organismo va preparando sus defensas ante tan peligroso enemigo llena de satisfacción a quienes pasaron ya por esa experiencia, o a quienes ven con satisfacción que sus compatriotas de la primera línea reciben el antígeno y contribuyen, de esa manera, a cortar las cadenas de contagios, altas en los últimos meses en la Ciudad Museo del Caribe y sus alrededores.
El pasado lunes comenzó en los cinco vacunatorios de Trinidad la aplicación de la segunda dosis de Abdala, con varios organismos y empresas, como los del sistema bancario (Banco Popular de Ahorro, Banco de Crédito y Comercio, trabajadores de las tiendas recaudadoras de divisas (TRD Caribe y Tiendas Panamericanas), todos en posiciones de riesgo, a quienes se sumaron ya los del Kurhotel Escambray y los del transporte turístico (TRANSTUR).
Las noticias son halagüeñas: paulatinamente y de manera organizada se irá incluyendo al resto de los centros de trabajo y población en general. Y el hecho de que hasta el momento no se hayan producido reacciones adversas dice mucho de la seguridad de Abdala y del nivel de profesionalidad e higiene que se creó en cada instalación.
Como ya dijo un querido amigo, Abdala sigue su camino victorioso en Trinidad. Nadie lo dude.