En Trinidad: gestos nobles contra la COVID-19

El campesino Carlos Hernández realiza su primera donación a uno de los centros de aislamiento de Trinidad, pero no será la última. Foto: Ana Martha Panades / Radio Trinidad.
El campesino Carlos Hernández realiza su primera donación a uno de los centros de aislamiento de Trinidad, pero no será la última. Foto: Ana Martha Panades / Radio Trinidad.

La solidaridad sigue marcando la pauta del día a día en Trinidad, con ejemplos como el del campesino Carlos Hernández Ortega y su aporte de alimentos a centros de aislamiento y de pacientes positivos en edades pediátricas

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

En los más de 17 meses de enfrentamiento a la COVID-19, valores como la solidaridad iluminan las zonas más oscuras de esta pandemia. Por ello la generosidad merece siempre ser resaltada, como la del productor Carlos Hernández Ortega, campesino de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Felipe Iznaga del municipio de Trinidad.

Después de cumplir los planes contratados, decidió entregar 30 toneladas de melón para dos de los centros de aislamiento que funcionan en el territorio, la escuela secundaria Pedro Lantigua Ortega y el círculo infantil Tierno Amanecer, este último para pacientes positivos en edad pediátrica.

Al llegar con su aporte, Hernández Ortega comentó que su gesto constituye la manera de agradecer los beneficios que en todos estos años ha recibido como campesino y como hijo de una nación donde la salud es un derecho sagrado: “Hoy recibiré la primera dosis de la vacuna y a mi madre, que es impedida física y no tendrá que salir de su casa para ser inmunizada.”

Esta es la primera donación de Carlos, pero no la última, pues en los próximos días regresará con plátano, yuca, boniato y hasta algún animal para reforzar la alimentación de las personas que permanecen en vigilancia epidemiológica. Y es que, en la esencia de este hombre humilde, conversador, asoma la nobleza.

“Renuncié a la cuota de huevo en la bodega para que otras personas puedan acceder a este alimento y le regalo un pollo de mi patio a cualquier enfermo; si es un niño se me parte el corazón. Así somos los cubanos, por eso amo mucho a mi país y a la Revolución.”

Y mientras descarga la refrescante fruta, este campesino trinitario comparte su entusiasmo en que juntos podrá vencerse la pandemia y coincide en afirmar que los trinitarios vivimos un momento muy hermoso con la vacunación. “Abdala es fruto de los científicos y de la fuerza de todo un pueblo”, expresó.