La Oficina Técnica del Ozono (OTOZ), de Cuba, convocó en esta capital a nuevos Cursos de Buenas Prácticas en Refrigeración y Aire acondicionado para contrarrestar los efectos de los hidrofluorocarburos (HFC), potentes gases de efecto invernadero
Con el uso de novedosas tecnologías y refrigerantes, se necesitan técnicos capacitados en el sector de los servicios a fin de evitar sus emisiones a la atmósfera que dañen la capa de ozono e influyan en el calentamiento global, explicó la institución en su llamamiento.
Las clases teóricas y prácticas son sobre el manejo de refrigerantes naturales, nuevas herramientas e instrumentos, identificación de problemas y soluciones, y creación de habilidades de seguridad en la utilización y recuperación de gases de alto riesgo, de acuerdo con su programa.
Incluye este último el uso del R-290 o gas propano en Split inverter y R-600 en la refrigeración, interacción con sus aplicaciones para celulares e información digital sobre compresores, equipos, evaporadores y otros.
Tanto para empresas y nuevos actores de la economía, sus temas principales están relacionados con el Protocolo de Montreal y la Enmienda de Kigali, tendencias internacionales y tecnológicas sobre los refrigerantes, sus propiedades y manejo, sustancias agotadoras de la Capa de ozono e hidrocarburos.
Igualmente tienen que ver con normas de seguridad, introducción de los hidrocarburos R-290 y R-600a en el sector, reconversión de equipos de refrigeración y de climatización doméstica.
OTOZ sugirió que las inscripciones pueden hacerse en los institutos polítécnicos radicados en la mayoría de las provincias del país, salvo en las de Mayabeque, Matanzas y Ciego de Ávila, donde no existen, en coordinación con las delegaciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
La Enmienda de Kigali, capital de Ruanda, entró en vigor el primero de enero de 2019 y en la cual Cuba depositó el instrumento de ratificación, al eliminar gradualmente los fluidos correspondientes.
Nacionalmente es promovido un plan con vistas a la supresión del gas refrigerante R-141b, y de la producción de las espumas rígidas de poliuretano, elementos destructores de la capa de ozono, una especie de sombrilla que preserva al planeta contra las radiaciones nocivas del Sol.
Cuba es signataria del Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono (1985) y del Protocolo de Montreal (1987), relacionados con el control y paulatina eliminación de la producción y el consumo de productos químicos industriales, dañinos al medio ambiente. (Agencia Cubana de Noticias).