Hace 122 años, se aprobaba la repudiada Enmienda, que ataba el país al Gobierno de Estados Unidos, pese a los tantísimos años de luchas independentistas
Por: Rafael Novoa Pupo
Avalada por el Congreso de Estados Unidos el 2 de marzo de 1901 y habilitada como ley al día siguiente por el Presidente William McKinley, el 12 de junio de 1901 en sesión secreta de la Asamblea Constituyente en Camagüey, se incorporaba la Enmienda Platt como agregado a la naciente Constitución de la República, pese al repudio enérgico de los cubanos que habían luchado durante 30 años por independizar a Cuba del colonialismo español.
La reforma que había sido propuesta por el senador republicano Orville H. Platt, obtuvo una votación de 16 delegados a favor y 11 en contra, para así comenzar a inscribirse una nueva página de falsedad y mentira tras la intención del gobierno estadounidense de controlar a la isla, esta vez con un aditamento a la Constitución, para subordinar a Washington las decisiones significativas. Los delegados de la Asamblea Constituyente quedaron abatidos por la evidente maquinación que salía a la luz, en toda su perversidad.
Los cubanos, apreciaron una agresión a su soberanía e independencia el sometimiento a la naciente república de la Enmienda Platt, cuyos efectos intervencionistas perseveraron por muchos años y motivaron a la creación de una base militar en la bahía de Guantánamo, la cual permanece clavada en el corazón de esta nación hace más de un siglo, contra la voluntad del pueblo y gobierno cubanos.
El documento presentado ante los patriotas cubanos detallaba de manera indudable que el gobierno de la República de Cuba no podría instaurar nunca un tratado o convenio con potencias extranjeras que no fuera Estados Unidos, que comprometiera supuestamente su independencia.
Precisaba además, que los cubanos no podrían permitir que su suelo sirviera de base de operaciones de guerra contra el ejército de Estados Unidos, autodeclarado como salvadores de la independencia de la Isla, una maniobra cruel e inhumana de la historia, pues la libertad estaba a punto de obtenerse a costa de sacrificios y años de lucha, por los hijos de esta tierra.
Pero, las pretensiones del imperialismo yanqui de aplicar sus deseos sobre Cuba, se mantuvieron presentes después del triunfo revolucionario de 1959, con su invasión mercenaria por Playa Girón en abril de 1961, la Crisis de Octubre y la imposición en 1962 del genocida bloqueo económico, comercial, financiero y diplomático contra la Isla, que durante más de seis décadas, muestra su fracaso ante la firme resistencia del pueblo cubano. (Con información de Agencia Cubana de Noticias, Cubadebate y Controlaría General de la República).