Por: José Rafael Gómez Reguera
Ciudad Creativa en Artesanía y Artes Populares por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, y Ciudad Artesanal del Mundo, por el Consejo Mundial de Artesanías, entidad adscrita a la citada entidad de la ONU, Trinidad no podía dejar de celebrar este Día Mundial del Artesano.
Lo hizo desde algunas actividades presenciales, pocos pero sustantivas, y desde las redes sociales, de manera profusa, porque las manualidades forman parte de la cultura de la Tercera Villa de Cuba, está en sus raíces, ha crecido desde sus entrañas, junto con ella y por ella.
Desde cualquier rincón la artesanía reclama su espacio hasta en el más humilde hogar, en los suntuosos salones de las casonas coloniales todavía habitadas, o en aquellas devenidas instituciones de referencia en la Mayor de las Antillas. Los artesanos la revitalizan cotidianamente y también la enriquecen con sus saberes, esos que pasan de generación en generación.
Obviamente, las influencias van y vienen. Pero a no dudarlo, ese hacer local es el que predomina, lo mismo en los bordados y tejidos que en las fibras, la cerámica, las pinturas, los trabajos en metales, maderas, el mármol, las piedras preciosas… Hay toda una familia de piezas artesanales únicas e irrepetibles a cada paso, esperando por el asombro, la mirada inescrutable, el ojo experimentado o el que solo busca algo especial para sí o para alguien cercano…
Trinidad, Patrimonio Cultural de la Humanidad, nunca defrauda, ni siquiera en tiempos de pandemia, cuando casi todo parece cerrarse al contacto con los demás. Los artesanos siguen creando y sus obras están ahí, surgiendo como las aguas frescas de un manantial, siempre diferentes y hermosas.