Trinidad: Una visión moderna de un hombre inmortal

Ernesto Che Guevara, un ajedrecista consumado. Foto: archivo.

Por: Karen Reyes Aróstica

Las anécdotas me lo acercan y alejan en el tiempo. Sin embargo, prefiero quedarme con aquel hombre que apostaba por mejores seres humanos. Aquel que se sentía cómodo lo mismo en una tribuna que en una guardarraya, comiendo un trozo de caña.

No pudo ser el Che tan déspota como quieren pintarlo si gozó cual padre feliz de los niños creando, de la juventud cambiando su realidad y de un pueblo dando pasos hacia el hombre nuevo de estos tiempos.

Desde pequeña he escuchado palabras inmortalizadoras hacia su figura. Con el tiempo, me involucré directamente con sus discursos, cartas y las historias de quienes lo conocieron. Sus palabras no brotaban de la maquinación ordinaria que pretende manipular, sino de quien ha puesto su esencia, su alma en ellas…

                                                                                                                                                La Habana, febrero 20 de 1964

         «Año de la Economía»

Sra. María Rosario Guevara

36. rue d’Annam

(Maarif) Casablanca

Maroc

Compañera:

De verdad que no sé bien de qué parte de España es mi familia. Naturalmente, hace mucho que salieron de allí mis antepasados con una mano atrás y otra adelante; y si yo no las conservo así, es por lo incómodo de la posición.

No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si Ud. es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es lo más importante.

Un saludo revolucionario  de Patria o Muerte

Cmdte. Ernesto Che Guevara

Tal vez Cyrano de Bergerac hubiera tenido en Guevara un rival de altísimos quilates.

Riguroso y firme al momento de exigir, amable y compañero cuando había que predicar con el ejemplo. Definitivamente si José Martí lo hubiera conocido habría escrito por él: “Hacer es la mejor manera de decir”.

La suerte no me dio la gracia de coincidir corpóreamente en la vida, ni siquiera pude peregrinar antes sus restos mortales cuando en 1997  llegaron a Cuba y Santa Clara… Pero nada de eso  importa ahora: es tiempo de cambiar, hacer, crear…acciones que él de seguro celebraría en un buen revolucionario.