Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
8/dic./2014
El 8 de diciembre de 1988 marcó un acontecimiento de vital significado para la tercera villa fundada por los españoles en Cuba. La organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, declaraba al centro histórico de Trinidad y su Valle de los Ingenios como Patrimonio de la Humanidad.
Los festejos, 26 años después, mantienen su esencia: llamar la atención sobre la trascendencia del suceso, reconocer los esfuerzos para la rehabilitación de obras del patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad, así como compartir un programa cultural que sume a los trinitarios con el compromiso de preservar su identidad.
Esta vez la celebración se prestigió con la visita a la villa del embajador de España en Cuba, Juan Francisco Montalbán, quien recorrió el centro histórico de la villa acompañado por las autoridades locales y reconoció los esfuerzos por la preservación de este patrimonio y la voluntad de los trinitarios por su desarrollo.
Hoy los proyectos Trinidanza y Musicarte animarán las calles de la ciudad con personajes típicos de la cultura local, encarnados por niños y niñas, mientras muchas de las propuestas de los museos y otras instituciones culturales también tienen como protagonistas al público infantil, comprometido a preservar los valores patrimoniales.
Para los días 13 y 14 de diciembre se anuncia el Festival de Música Infantil “Carrusel de Colores”, en el cine Romelio Cornelio, un espectáculo que premia el talento de las voces más tiernas que cantan a Trinidad, al cuidado de la naturaleza y la fantasía que nos acompaña siempre.
Entre las propuestas sobresale también el panel organizado por la Sede Universitaria Municipal, en el que se presentarán los trabajos de diplomas relacionados con investigaciones en torno al patrimonio y su preservación, así como la apertura de una exposición del reconocido artista de la plástica Roberto Diago en la Galería Tristá.
Para distinguir el aniversario 26 de la declaración se trabaja en la rehabilitación de inmuebles de valor patrimonial, el retoque de parques y plazas, además de otros detalles que mejoran la imagen urbana.
Durante estos años la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios ha rectorado importantes planes dirigidos a la rehabilitación de sitios arquitectónicos y la preservación también de la memora intangible de uno de los sitios más auténticos del Patrimonio Universal.