Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
3/Septiembre/2015
“Andares por el valle”, la propuesta de la empresa Aldaba que cautivó a los trinitarios y visitantes durante la temporada veraniega extiende su itinerario más allá de las vacaciones y pretende ratificarse como el producto estrella de esta entidad bajo jurisdicción de la Oficina del Conservador de la Ciudad.
La iniciativa, asegura Yeni Cariaga, especialista de Relaciones Públicas, se sostiene por los niveles de ingresos aportados en la etapa, alrededor de los 20 MIL pesos en moneda nacional, y sobre todo por las expectativas de quienes visitaron uno de los sitios más hermosos de la localidad, con reconocidos valores patrimoniales.
El recorrido en su primera versión propuso la ruta del Azúcar con escala en las haciendas Guaímaro, Manaca Iznaga, San Isidro de los Destiladeros y el Mirador del Valle; luego se diseñó la ruta religioso-cultural que incluyó entonces el templo de Juana Marín en Condado y la casa Guachinango, ambas con salida desde la maqueta de la ciudad; en un tercer momento la propuesta llegó hasta los espirituanos que también tuvieron la posibilidad de disfrutar los encantos de la histórica llanura.
Estas visitas se retoman a partir de septiembre con salida los sábados desde la sede de la Feria Agropecuaria de la ciudad de Sancti Spíritus y para los trinitarios siempre que exista la demanda, puntualizó Yeni.
Los cursos de verano se destacaron también entre las ofertas de la empresa Aldaba: el de Bonsais impartido por la ingeniera agrónoma y artista Mery Viciedo y el de lencería a cargo de Magalys Rodríguez; además apoyaron los sucesos culturales que animaron la ciudad en la etapa como el evento Una cultura en tiempos de cambio, auspiciado por el proyecto de desarrollo local de las artes visuales y la Asociación Hermanos Saiz y la presentación del número 25 de la revista Arte por Excelencias, dedicado al pintor yaguajayense Yaisel Elizagaray.
Hola, como están. Me alegra mucho que publiquen artículos como este, pues me encanta la historia de mi municipio. Aunque trabajo fuera de provincia, se extrañan mucho estos paisajes. Pues soy de un poblado que tiene una historia similar a la del Valle de los Ingenios, donde su tipología de vivienda es típica del lugar y del siglo XX. Estoy hablando nada más y nada menos que del poblado de San Pedro, fundado en el siglo XIX por negro libertos y pequeños colonos.