Por: Juan Carlos Naranjo
Una Feria del barro en varias cuadras de la concurrida calle Antonio Maceo, cerró el Primer Festival de las Artes, Trinidad de Cuba que entre el 23 y el 28 de noviembre, tejió un abanico de propuestas culturales.
Es por ello que a la fiesta final en la vía conocida como Gutiérrez, confluyeron creadores de diferentes manifestaciones como la música, el teatro, la pintura, y la danza en apuesta común para que en el 2016 alcance vuelo internacional.
Sin embargo, para escalar esa máxima vale repasar los principales desaciertos: atrasos en el comienzo de algunas actividades, falta de coordinación con directivos de entidades donde se planificaron eventos teóricos, suspensión de presentaciones y de visitas a comunidades.
Las fallas con la transportación es una de las causas que ha menguado el éxito del Festival de las Artes Trinidad de Cuba, las otras, insuficiente interacción entre los organizadores del evento y falta de concreción del programa ,discutido más de una vez.
No obstante, se reconoce la valía del evento que con el mismo presupuesto de la Fiesta de la danza y escasa logística, logró aglutinar lo más representativo del patrimonio cultural de la villa, en una suerte de ensayo o sondeo con mirada fija en la propuesta del próximo año, que se pretende tenga realce internacional.
Vale subrayar el aporte del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, y Plásticas, la Asociación Hermanos Saíz, el Proyecto de Desarrollo Local de las Artes visuales, Cultura, la Empresa Aldaba, y el Centro Provincial de la Música.