Coloquio de la Cultura Trinitaria: ciencia de la salvaguarda

El evento se ratifica como espacio de debate sobre el devenir histórico y cultural de la tercera villa, a la vez de punto de partida para análisis apegados a la actualidad.

Quizás algunas pesquisas necesitan saldar ciertas deudas si de formalismos metodológicos se trata; quizás todavía deba ganarse claridad en cuanto a presentaciones digitales de cara a la exposición. Mas, tales escollos resultan simples conjeturas a la hora de analizar en su conjunto el XXVII Coloquio de la Cultura Trinitaria; una cita que, si bien no está en su edad dorada, concluyó en la tarde de este martes sus sesiones de trabajo con una agenda signada por la diversidad investigativa.

Así, temas tan antológicos como la identidad cultural, colecciones museables, leyendas, investigaciones avocadas en cuestiones musicológicas e historia local caminaron a la par de pesquisas dirigidas a la intervención actual en la recuperación del patrimonio edilicio y casas-haciendas del Valle de los Ingenios, el estudio del alumbrado público en el terruño en la etapa colonial y el quehacer socio-cultural de instituciones locales; una especie de ajiaco temático que sorteó la recurrencia de años precedentes y demostró que toda iniciativa resulta válida para encauzar estudios, toda vez que contribuya al perfeccionamiento del devenir cultural de la villa.

Tras escuchar las exposiciones de cerca de una veintena de ponencias el jurado integrado por la Doctora Marianela Amorós Sáenz, el Máster en Ciencias Alfredo Castro, el Licenciado Enrique Zayas Bringas, y otros directivos de instituciones culturales de la localidad, decidió premiar a La casa-vivienda de Gutiérrez 72. Valores devueltos por su restauración, de la autoría de Felicia Argüelles Montalván y Grisel Sesmonde Cama; Universidad del aire, catálogo temático. Nueva fuente de consulta, realizada por Odalis Borges González; y Entre hilos, alas y pinceles. Del sueño a la realidad, proyecto artístico del municipio.

Al decir de Zayas Bringas: “Los estudios reconocidos llaman la atención por la novedad y pertinencia. A su vez sirven de referente a los futuros investigadores para desarrollar trabajos, haciendo énfasis en los resultados obtenidos, que no se limitan solo a enumerar conclusiones, sino también a demostrar en la práctica la novedad de los estudios”.

De cara a ediciones posteriores, a juicio de Amorós Sáenz, debe propiciarse mayor integración con instituciones como la filial universitaria del municipio, de Ciencias Médicas, y la enseñanza preuniversitaria para lograr mayor sinergia de cara a un fin común: estudiar desde la ciencia el pasado, presente y futuro de la salvaguarda del patrimonio trinitario.

Como parte de las actividades anexas al Coloquio se reconoció a la alfarera Neydis Mesa (Coki) Santander, autora de la pieza que a partir de este año se entroniza como símbolo del certamen: una aldaba colonial nacida de la serie Trinidad a tu puerta, proyecto enfocado en realzar el valor patrimonial de detalles arquitectónicos en la Ciudad Museo.

(Tomado de Escambray Digital)