Por: Belkis Nieblas López
La proverbial solidaridad de los cubanos, y la alegría con la cual se aprestan a ayudar a sus vecinos, a limpiar el espacio común o a preparar la caldosa para festejar sus mejores momentos, son frutos del quehacer de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), creados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 28 de septiembre de 1960, ya próximos a su cumpleaños 59.
No hay otro pueblo en el planeta con una organización que haya hermanado en el barrio a hombres y mujeres de diferentes generaciones, incluso en los períodos más difíciles por los que ha atravesado la Cuba revolucionaria, acosada por diferentes administraciones de Estados Unidos, y bajo un férreo bloqueo económico, comercial y financiero.
Este cruel engendro imperialista fue implantado oficialmente el 3 de febrero de 1962 mediante la Orden Ejecutiva Presidencial 3447 del presidente John F. Kennedy, convertido en ley en 1992 y 1995, y es uno de los más duraderos de la historia, condenado quince veces por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Corazón del barrio, los CDR han sido para este pueblo la escuela de la solidaridad y el desinterés. Decenas de miles de cubanos desarrollan diferentes tareas durante el año cederista (que va desde septiembre de un año al mismo mes del siguiente), sin esperar más que saber cumplidas las responsabilidades que entraña integrar la organización de masas más numerosa de Cuba.
Entonces, si tenemos a este gigante que ha sido artífice de la custodia de los barrios y los campos, para proteger bienes propios y de entidades estatales, hay que desempolvar nuestros Comités, y darles el lugar que les corresponde, no solo su historia, sino por lo que podríamos lograr con su buen funcionamiento en las condiciones actuales.
Ese sí sería un homenaje justo a la labor de los fundadores, aquella gente sencilla que con sus problemas y carencias materiales no esperaba recompensa ni medallas, les bastaba con que cada amanecer, surgieran nuevas tareas para echar a andar este invento maravilloso de fabricar unidad.
Hoy, los jóvenes que arriban a los 14 años de edad, se incorporan masivamente a los CDR en zonas urbanas y rurales. Lo hacen con el convencimiento de que, junto con la Federación de Mujeres Cubanas que agrupa a las féminas desde igual edad, ellas y ellos dan su aporte a la Revolución cubana que con raíces en nuestras gestas liberadores, surgió triunfante el Primero de Enero de 1959, tras muchos años de esfuerzos y sacrificios y la sangre generosa de sus héroes y mártires.
Encaminarlos, mostrarles lo mejor de nuestra Historia, es tarea ineludible cuando los CDR se encaminan hacia el aniversario 59 de su creación.