Trinitario Rodolexis Moreno manda en bateo del panamericano de béisbol

Peloteros espirituanos en la cita panamericana.

Por: Joaquín Gómez Serra 

Para el béisbol las estadísticas son la sabia que mueve sus entrañas, y el medidor real de cómo andan sus bateadores, lanzadores y equipos en general. Ellas demuestran el por qué Cuba fue letal en la primera fase del Campeonato Panamericano y Premundial, efectuado en su primera fase en Tegucigalpa, Honduras.

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Dismani Ortiz

Echemos un vistazo a los numeritos que llevaron al elenco sub 23 de Cuba, que dirige el espirituano Eriel Sánchez a terminar la etapa clasificatoria con 5 triunfos sin derrotas. La unión de pitcheo y bateo fueron sus armas letales.

En el béisbol los entendidos en la materia siempre han dicho que cuando hay pitcheo, el 70 por ciento del triunfo está a tu favor. Ese departamento fue una de las “armas” letales de los cubanos, al promediar para 0.68, el segundo del torneo uniendo los dos grupos, al ser superado sólo por Nicaragua que sus lanzadores trabajaron para un 0.62, superando a los nicas en el WHIP, al terminar los antillanos con 0.61, mientras los peloteritos de la tierra de Sandino lo hacían para 0.91.

Digno de destacar la labor monticular individual de Yosimar Cousin,  Bryan Chi, Pablo Luis Guillén y Jonathan Carbó. Los 4 trabajaron para promedio inmaculado de 0.00 carreras limpias; Cousin en 6 entradas y dos tercios permitió 6 hits, propinó 7 ponches, el habanero Bryan Chi, en seis innings sólo le dieron 1 imparable, con 5 ponches, Pablo Luis Guillén, en 5 episodios no permitió conexiones  de hits, mientras recetaba 9 pastillitas amargas.

Por su parte, Jonathan Carbó, en 4 innings y dos tercios recibió de los bates  contrarios 3 conexiones a las praderas de nadie, recetó 3 ponches y el espirituano Yankiel Mauri, ganador del último encuentro de la clasificatoria ante Honduras, de relevo en tres no permitió ni hits ni carreras, y recetó seis pastillitas amargas.

Aunque el equipo Cuba no tiene una ofensiva de largo alcance fuerte, sus bateadores se encargaron de complementar la labor de sus pitchers, y promediaron para astronómico 391, el mejor de las dos fases,  secundados por Colombia 344 y República Dominicana, con 324.

Individualmente se destacaron bate en mano, el espirituano Rodolexis Moreno y César Prieto, ambos con average de 533, con 8 imparables en 15 veces al bate. El trinitario Rodolexis lideró el bateo de largo alcance de los cubanos, con un doble y un triple, con sus batazos recorrió un total de 11 bases, con el mayor sluggings antillano, al promediar 733.

Dentro de los mejores bateadores del torneo, Rodolexis y César fueron quintos y sextos, con 533 de average, y sólo fueron superados por el colombiano Alberto Sierra (667), el dominicano Sandro Fabián y el panameño  Carlos Cortez,  ambos promediaron 571, así como el nica Jesús López y el panameño Gimer Ruiz, que lo hicieron para 556.

Rodolexis Moreno

Los otros dos peloteros de Trinidad, el jardinero Dismani Ortiz en 12 veces al bate lleva 3 hits, con 2 triples y una base por bolas y compila para 250, mientras el primera base Diasmany  Palacios lleva de 11-5 para average de 455.

Hoy comienza la segunda fase del Campeonato Panamericano de Béisbol sub 23 en la sede de Managua, Nicaragua, y los ahijados del manager titular olímpico Eriel Sánchez, enfrentarán a Venezuela, un rival de mayor calidad que los enfrentados en Tegucigalpa.

Los venezolanos, clasificados por la llave A, asumen este reto en busca de la clasificación mundial, con un bateo en la primera fase de 295, mientras su pitcheo promedio 2.55 carreras limpias permitidas cada nueve entradas de labor monticular.

Colectivamente los cubanos dispararon 17 extrabases, divididos en 11 dobles y seis triples, recorrieron con sus batazos 77 bases, anotaron 56 carreras y sus lanzadores sólo permitieron 5.

Cubanos y venezolanos tratarán de dar primero, en una batalla campal que les otorgue uno de los tres cupos al mundial de béisbol sub 23, a celebrarse en noviembre, en México. El terreno dirá la última palabra.