Por: Belkis Nieblas López
Desde el jueves 12 de marzo la cotidianidad en el Atelier El Brillante perteneciente al Grupo de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar de Trinidad cambió, pues a partir de esa jornada comenzaron a confeccionar nasobucos para enfrentar la COVID-19.
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En un inicio utilizaron la materia prima de que disponían en el centro, 50 metros de tejido y después, con la solidaridad del pueblo continuaron, pues diariamente las personas, de manera individual, llevan pedazos de telas de algodón fundamentalmente, lo que ha permitido que hasta la fecha se hayan elaborado más de 1250 unidades, y continúan aportando.
Conscientes de la importancia de esta faena las cinco costureras que realizan la tarea, una de ellas Martha Padilla Rodríguez, quien labora de forma voluntaria, trabajan hasta las 7 u 8 de la noche en la confección de los nasobucos destinados al pueblo, a diferentes centros de trabajo y para el sector por cuenta propia, hostales principalmente.
La administradora del Atelier El Brillante de Trinidad, Célida del Carmen Marín González, afirmó que el colectivo desarrolla la tarea con la responsabilidad que exige el momento y aunque el nasobuco no es un artículo que se acostumbra a hacer en el centro, las costureras disponen de las habilidades necesarias para llevar a cabo la actividad.
El empeño de estas costureras ha posibilitado que ya dispongan de nasobucos trabajadores del Banco Popular de Ahorro, el Banco de Crédito y Comercio, las Casas de Cambio S.A. (CADECA), las oficinas vinculadas con la Dirección Municipal de la Vivienda, el Tribunal Municipal Popular, la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT), así como algunas tiendas del municipio.