Carlos Echenagusia Peña, joven a imitar

Hoy la ESBU que lleva el nombre de Carlos Echenagusía Peña es ejemplo de centro educacional integral. Foto tomada del perfil del centro escolar.

Por: Alipio Martínez Romero

Rodeado de amor familiar lo trajeron al mundo el 15 de octubre 1936, su llanto al nacer colmó de alegría a los padres Dolores y Ramón, creció en el hogar sito en calle Borrell número siete entre Colón y Mercedes en esta villa colonial junto a sus seis hermanos Modesta, Gloria, Rolando, Freddy, Ramón y Víctor, quienes lo idolatraban.

Desde pequeño en los estudios de primaria fue un niño muy aplicado e inteligente, después en la enseñanza del bachillerato comienza a sobresalir en las luchas estudiantiles como miembro activo de los núcleos que combatían al dictador Fulgencio Batista Zaldívar.

Al cierre de la Universidad de La Habana, el joven Carlos Echenagusía Peña regresa a esta su ciudad natal, donde comprometido con las doctrinas de José Martí, comienza a impartir clases para cumplir con la promesa de nuestro Héroe Nacional. “Al venir a la tierra, todo hombre tiene derecho a que se le eduque, y después en pago, el deber de contribuir a la educación de los demás”

Fue miembro de la Sección Juvenil del Partido Ortodoxo, fundador del Movimiento Revolucionario 26 de Julio donde se desempeñó como jefe de acción y sabotaje. Atesoró una ardua participación en la lucha clandestina en el territorio donde los jóvenes se inspiraban en las tradiciones para lograr un futuro mejor.

Meritoria labores realizó en La Habana junto con Aldo Santamaria Cuadrado hermano del intrépido Abel asaltante del Cuartel Moncada. En las calles de la capital el valiente trinitario es apresado y cuando era conducido en una perseguidora de la Policía logra evadirse lanzándose precipitadamente del vehículo en marcha.

A su regreso contacta con compañeros que conspiraban con el oprobioso régimen batistiano, y se integra a las guerrillas dirigidas por el Comandante Víctor Bordón Machado, en cuyas fuerzas cumple importantes y riesgosas misiones al servicio de la Patria mambisa de Céspedes, Maceo y Agramonte.

Era el 2 de diciembre de 1958, cuando la columna rebelde dirigida por el Comandante Anastasio Cárdenas penetró en la urbe sureña, con el objetivo principal de obtener abastecimientos y a su vez demostrar la incapacidad del ejército de la tiranía de enfrentar al movimiento rebelde dirigido por el Comandante Fidel Castro Ruz, desde las gloriosas montañas de la Sierra Maestra.

Más el añorado intento de honrar al pueblo al liberar la ciudad, lamentablemente se convirtió en un día triste, el jefe guerrillero perdió el inesperado control táctico de la acción , y los valerosos asaltantes, confiados de sus convicciones patrióticas y revolucionarias, sin temor a los enemigos, un tanto descuidaron su protección personal y colectiva por lo cual cayeron en combate al servicio de sus ideales, el propio Anastasio Cárdenas, Agustín Bernal , así como los también inolvidables trinitarios Francisco Cadahia, Piro Guinart y Carlos Echenagusia Peña.