Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Hay momentos que marcan una vida. Para la trinitaria Gloria Arrechea Malibrán asistir como delegada al Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba significó la oportunidad de aportar ideas en la construcción colectiva del futuro de la patria.
De esos históricos días recuerda la intensa preparación en torno a los documentos que fueron debatidos en la cita no solo por los participantes, sino también por el resto de la militancia y del pueblo en general, que tuvo la posibilidad de aportar criterios y enriquecer los análisis.
Durante las jornadas del congreso, Gloria Arrechea participó en dos comisiones de trabajo: la de conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y la de escrutinio; hoy confiesa que es “una de las mejores experiencias que le han sucedido en la vida pese a la tensión y el agotamiento”.
Entre las vivencias que atesora y revive, está la de la llegada del Comandante en Jefe Fidel Castro a la clausura del Congreso: “Cierro los ojos y siento como nos dolieron las manos de tanto aplaudir, recuerdo a un compañero de la provincia de Granma, que perdió la voz, no pudo gritar viva Fidel, y eso le dolió mucho. Fue muy emocionante, un momento que jamás se me va a olvidar.”
La también diputada al Parlamento cubano expone sus argumentos en torno a la tradición de lucha y unidad del pueblo que “tuvo su génesis en esas luchas primigenias de nuestros aborígenes, se consolidó con la Guerra del 68 y que continua hasta hoy. Lo mismo sucede con nuestro Partido, fundado por José Martí y retomado, primero por Carlos Baliño en 1925, y luego por Fidel.
“La unidad en la continuidad no es un lema, es una convicción de lucha de los cubanos y de todos los comunistas en función de perpetuar nuestra Revolución para dicha de nuestro país. Debemos además asumirla como un estilo de vida porque constituye el único futuro que nuestros próceres y todas las generaciones posteriores deseamos para la patria.”
Como directora del Museo de Arqueología Guamuhaya, Gloria Arrechea no desconoce el papel de la cultura en la visión humanista de las nuevas generaciones y desde la institución -junto a todo el equipo de trabajo- estudia incansablemente el pasado a fin de entender los orígenes de un pueblo que ha defendido siempre las causas justas.
“Vivimos momentos difíciles, pero el Partido se ha afianzado en su condición de líder del proceso revolucionario, el mundo vive una crisis profunda, por eso debemos trabajar en función de la unidad de la continuidad. Eso exige un compromiso fuerte que hay que asumir desde la responsabilidad y con el firme propósito de mantener las conquistas y no dejar caer jamás nuestras armas.”
Esta trinitaria muestra su orgullo de haber nacido en Cuba y agradece todas las oportunidades de servir a la nación, aunque aún se siente insatisfecha: “siempre se puede un poco más, nos toca trabajar y no dejar de luchar. El que hayamos dicho Yo soy Fidel, cuando el Comandante falleció, implica un compromiso y un compromiso con todos y para todos, por el bien de la patria.”