Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
En el hogar materno de Trinidad se respira el excelente trabajo que desempeña el personal de la salud en aras de garantizar el bienestar de las embarazadas que permanecen allí hasta el momento del parto.
Gestantes que requieren recuperar peso o que presenten otros riesgos como anemia, edades extremas, amenaza de parto pre término o embarazo gemelar, reciben seguimiento enla institución, la cual sobresale por la entrega del colectivo y la estabilidad de los indicadores.
Desde hace 17 años la doctora Irlenis Acosta Dalmau labora en el hogar materno trinitario, al cual considera como su propia casa. Allí conoce y controla el estado de salud de las futuras madres, pero también se identifica con las particularidades de cada caso.
La galena reconoció el sentido de pertenencia del colectivo, atento siempre a las necesidades de las pacientes en cuanto a las dietas y a todas las recomendaciones del resto de los especialistas que a través de las interconsultas aseguran el desarrollo satisfactorio del embarazo.
Hasta la institución –explica Irlenis- llegan cardiólogos, endocrinólogos, angiólogos como parte de la atención integral que requieren nuestras gestantes; en todos los casos se extreman las medidas sanitarias contra el virus SARS-CoV-2 pues el riesgo para estas pacientes es mucho mayor.
La doctora destacó también el impacto que ha tenido esta atención diferenciada a las futuras madres, especialmente en la reducción de las tasas de recién nacidos bajo peso y el parto pre término, entre los indicadores con mayor incidencia en el programa materno infantil en este sureño territorio.