Una de las más importantes instituciones culturales trinitarias, el museo Nacional de la LCB, rinde tributo al levantamiento de Santiago de Cuba y acoge la presentación de la campaña juvenil por el cumpleaños 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)
En esta jornada de martes, el museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos de Trinidad, ubicado en el centro histórico de la Tercera Villa de Cuba, acoge un singular momento: se rememoran los hechos acaecidos hace 65 años en Santiago de Cuba, cuyos jóvenes realizaron importantes acciones combativas para desviar la atención de fuerzas de la tiranía y propiciar el desembarco del yate Granma, y la presentación de una campaña comunicacional por el cumpleaños 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas.
La campaña Vamos con todos, que se lanza desde predios de la Ciudad Museo del Caribe, cuenta con la presencia de los máximos dirigentes juveniles de la provincia espirituana, Yediza Pérez Hidalgo, y de Trinidad, Abran Sánchez González.
La cita rinde homenaje a los jóvenes Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada, caídos en la épica acción donde por primera vez se vistió el uniforme verde olivo con el brazalete rojo y negro del Movimiento 26 de Julio, dirigida por Frank País García.
El 30 de noviembre de 1956 las milicias del 26 de Julio entraron en acción en Santiago de Cuba y otras localidades orientales, lo que puso de manifiesto la capacidad combativa del aparato clandestino del Movimiento, y marcó el inicio de la insurrección popular en el Llano.
Al frente de aquella acción se hallaba Frank País García, Jefe de Acción y Sabotaje y miembro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, quien entonces tenía apenas 22 años. El hecho reafirmaría que lo mejor de la juventud santiaguera, avivada por el asalto al Moncada y el alegato de Fidel La historia me absolverá, estaba junto al líder del Movimiento 26 de Julio y dispuesta a ser “libres o mártires”.
La señal para iniciar las acciones no fue efectiva ya que el comando destinado a darla fue capturado y el cerco al cuartel Moncada no llegó a efectuarse. A pesar de esa situación adversa, los restantes comandos ocuparon la Estación de la Policía Marítima y tomaron sus armas. La Policía Nacional no pudo ser tomada, y en el intento de ocuparla cayeron en combate Tony Alomá, Otto Parellada, y Pepito Tey, jóvenes intrépidos como muchos de su generación.
El Museo Nacional de la LCB de Trinidad es un magnífico lugar para rememorar estos hechos y enlazarlos con la historia presente y futura de la juventud cubana, que se empeña en construir un mejor país «con todos y para el bien de todos», como proclamara nuestro Héroe Nacional José Martí, rumbo a las seis décadas de existencia de la Unión de Jóvenes Comunistas. (Redacción de Internet)