10 de octubre de 1868: Inicio de nuestras gestas independentistas

Foto: CubaMinrex

Por: Rafael Novoa Pupo

El 10 de octubre de 1868, el abogado Carlos Manuel de Céspedes tomó la decisión heroica de dar el grito de Independencia o Muerte en su ingenio La Demajagua cuando reunió a toda la dote de esclavos y le expresó: “Ciudadanos, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino, viene a alumbrar el primer día de libertad e independencia de Cuba”.

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Fue Céspedes, al decir de nuestro héroe nacional José Martí, el hombre del ímpetu, el patriota que supo dar sentido sublime a su decisión, convencido de que la hora de Cuba para ubicarse en el concilio de naciones libres del yugo español, había llegado.

De los hechos poco conocidos del alzamiento, está uno ocurrido un día antes, el 9, cuando en la hacienda Caridad de Macaca, un hermano de Carlos Manuel, Pedro María de Céspedes, reunió a unos 400 hombres y se apoderó del poblado de Vicana, tras someter a una pequeña guarnición española, un adelanto de lo que sucedería menos de 24 horas después.

El levantamiento en armas de Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, inició en nuestro país la lucha por la independencia del yugo español, y sembró la semilla para la continuidad de otras gestas libertarias importantes de nuestra historia.

Tanto Céspedes, como los hacendados e intelectuales que lo siguieron en aquel acontecimiento, aportaron a esta contienda los ideales más progresistas de la época, aunque las discrepancias y la falta de unidad, menguaron los objetivos propuestos de eliminar el sistema colonial, implantado en la isla.

La mujer que confeccionó la bandera, fue la joven Candelaria Acosta (Cambula), hija del mayoral del ingenio, quien la hizo a mano la noche del 9 de octubre. El pabellón era de forma casi cuadrada, pues medía 1.35 metros de largo por 1.30 de ancho. De modelo, Céspedes tomó a la bandera de Chile, y sugirió los colores: rojo, azul y blanco.

El primer abanderado resultó el joven de 20 años Emilio Tamayo, quien recibió el estandarte de manos de Cambula, y lo paseó por todo el ingenio, convertido ya en campamento. Una frase de Céspedes apuntaló desde un inicio la estirpe gloriosa del símbolo patrio: “Primero mueran antes, que verla deshonrada”.

Aniversario 154 del inicio de nuestras gestas independentistas. Foto: Trabajadores.
Aniversario 154 del inicio de nuestras gestas independentistas. Foto: Trabajadores.

Y quien tocó a rebato las campanas del ingenio convocando a la lucha en aquella hermosa mañana, fue el joven bayamés Manuel García Pavón, último sobreviviente del histórico alzamiento, y quien en 1923 publicó un documento titulado “Ofrenda de Cariño “en el que afirmaba: “El toque de campana de La Demajagua, vibra en nuestros oídos como clarín de guerra.

Por su parte, Martí estudió como pocos el significado histórico de la fecha patriótica del 10 de octubre. En 1891 en Hardman Hall, Nueva York, al referirse al hecho afirmó: ¡Y todo el que sirvió, es sagrado!

El Generalísimo Máximo Gómez llamó a la Guerra de 1868 “Madre de la Revolución”, mientras el máximo líder de la Revolución Fidel Castro Ruz, en su antológico discurso del 10 de octubre de 1968, al conmemorarse el centenario de la histórica gesta, expresó: ¿Qué significa para nuestro pueblo el 10 de Octubre de 1868?

Significa sencillamente el comienzo de cien años de lucha, el comienzo de la revolución en Cuba, porque en Cuba solo ha habido una revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868, y que nuestro pueblo lleva adelante en estos instantes.

A 154 años del suceso. conviene no olvidar sus lecciones, y regresar siempre que podamos a este y a otros tantos hechos gloriosos de nuestra historia. No olvidar a Céspedes, ni tampoco a los miles de cubanos que le secundaron, pues en esa savia generosa, se forjó el crisol de la nación cubana. (Con información de Periódico Vanguardia y Ecured).