
Por: Ana Martha Panadés
Entre sus más preciados tesoros, las chinas pelonas embellecen, hacen único el paisaje urbano de Trinidad; piedras que llegaron como lastre de las embarcaciones del Nuevo Mundo y los esclavos sembraron en la ciudad para trazar ese entramado de calles sinuosas y caprichosas, víctimas de la furia de las aguas durante los aguaceros torrenciales de mayo. Continuar leyendo «Trinidad: la ciudad de las chinas pelonas»