Alexander von Humboldt, el segundo descubridor de Cuba y Trinidad (II)

Imagen: Internet.

Por: José Rafael Gómez Reguera

No son pocos los comentarios críticos de Humboldt sobre Cuba, pues abrazaba ideas abolicionistas. Sus expresiones sobre Venezuela refieren las circunstancias sencillas de su estancia en Sudamérica, sobre todo en lo que respecta a su navegación por los ríos. Sin embargo, en la Mayor de las Antillas disfrutaba de condiciones acomodadas entre la aristocracia cubana que le acogía con placer.

Vídeo Costa Sur y Trinidad (viaje de Humboldt a Cuba 1801)

Alexander von Humboldt, el segundo descubridor de Cuba y Trinidad (I)

Casa Padrón, donde Humboldt fuera agasajado. Actualmente es el museo de Arqueología Guamuhaya, de Trinidad. Foto: hotels.com.

Reuniones, tertulias de salón y cenas elegantes se sucedían unas a otras. Los grandes señores querían agasajarlo, sabedores de su relevancia, pues si bien en sus viajes por España solo tenía planes, proyectos, ahora varios de ellos se habían realizado. Ya era un famoso viajero-explorador.

A Humboldt no le faltaban temas para esos encuentros, en una sociedad cuyas preocupaciones consistían, fundamentalmente, en la producción de azúcar y la esclavitud.

Esta sociedad que basaba sus riquezas en el trabajo esclavo, no dejó de llamar poderosamente la atención de Humboldt. El científico prusiano era totalmente opuesto a las ideas esclavistas. Sin embargo, fue cuidadoso al exponer sus convicciones. Quizás ello explique que publicara sus notas 22 años después de su viaje a Cuba, aunque sus apuntes no quedaron retrasados, debido a que se mantuvo en contacto perenne con sus amigos cubanos.

En este sentido, vale apuntar que Humboldt actuó de manera inteligente, al evitar de esta manera un encontronazo con las autoridades españolas. Bordeaba así las posibles consecuencias de un probable conflicto con el gobierno español y la administración colonial de Cuba.

Además de su rechazo a la esclavitud, tan ponderada por la sacarocracia criolla que en las principales ciudades de la Isla florecía económicamente gracias a los esclavos importados desde África, Humboldt hace evidente el desinterés de esa clase dominante por las inquietudes científicas.

A pesar de ello, en sus diarios sí apunta hacia adelantos en el pensamiento, pues menciona instituciones científicas creadas durante el siglo XVIII. Así alude a:

“La Sociedad Patriótica de La Habana (creada en 1793); las de Sancti Spíritus, de Puerto Padre y de Trinidad, dependientes de ella; la universidad con sus cátedras de teología, jurisprudencia, de medicina y de matemática, creadas desde el año de 1728, en el convento de Padres Predicadores, la cátedra de economía política, fundada en 1818; la de botánica agrícola, el museo y la escuela de anatomía descriptiva (…) la biblioteca pública, la escuela gratuita de dibujo y de pintura, la escuela náutica, las escuelas lancasterianas y el jardín botánico, son instituciones en parte nuevas y en parte antiguas, las unas son susceptibles y esperan mejoras progresivas, las otras una reforma total capaz de ponerlas en armonía con el espíritu del siglo y las necesidades de la sociedad”

Lo cierto es que las investigaciones realizadas por Humboldt sobre Cuba, ampliaron los conocimientos de la geografía, las comunicaciones, la flora, la fauna, la topografía, el clima, los suelos, el cultivo de la caña y la fabricación de azúcar.

Palacio Cantero, otro de los palacetes de la sacarocracia trinitaria, devenido Museo Municipal de Historia de la ciudad. Atesora colecciones de plantas y animales acopiados por Alejandro Von Humboldt. Foto Internet.

Además, el científico alemán expuso una tesis sobre la formación de las Antillas y la constitución de la geología cubana, y confeccionó un mapa con mediciones exactas de la latitud de varios puertos y ciudades, entre ellas las de la de La Habana. A su regreso al Viejo Continente, dedicó una buena parte de su tiempo a registrar por escrito el resultado de su vasta y fructífera producción científica.

Entre las numerosas colectas realizadas en la mayor de las Antillas -durante su breve, pero fructífera primera estancia de unos tres meses a partir de diciembre de 1800- por el famoso naturalista alemán, junto a su amigo el botánico y explorador francés Aimé Bonpland, se hallan más de un centenar de plantas, muchas de ellas descubiertas por primera vez para la Ciencia.

En el grupo, hallado principalmente en los alrededores de las ciudades de La Habana y Trinidad, estaban cuatro especies de palmas, luego descritas y publicadas por el también germano Karl Kunth en la conocida obra Nova Genera et Species Plantarum, en 1816.

José de la Luz y Caballero reconoció el Ensayo político sobre la Isla de Cuba como fuente de inspiración para sus estudios filosóficos y pedagógicos, por lo que le confiere el apelativo de “segundo descubridor de Cuba”, solo antecedido por Cristóbal Colón.

Fuentes: ECURED, Lo público y lo privado en los escritos de Aejandro Von Humboldt sobre Cuba , Radio Rebelde.