Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Exquisito en su decoración, con modernos equipos de simulación, juegos y otras atracciones, el Ocio Club de Trinidad inició sus servicios a fin de ajustar cualquier detalle antes de su inauguración como parte de los festejos por los aniversarios 62 del triunfo de la Revolución cubana y 507 de la fundación de la Tercera Villa de Cuba.
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Para la apertura se organizó una gran fiesta amenizada por payasos y otros proyectos infantiles con música, bailes, risas y la invitación a disfrutar de las cinco salas que posee la más novel de las instalaciones de su tipo en el país, operada por el Grupo Extrahoetelero Palmares que diversifica -para bien- sus ofertas en toda la provincia de Sancti Spíritus y especialmente en la sureña urbe.
Héctor Zerquera Báez, director de la sucursal espirituana, reconoció el empeño de las fuerzas constructoras pertenecientes a la Empresa de Servicios al Turismo, Emprestur que ejecutaron la reparación de la cubierta, paredes y falso techo, además de la modernización de todas las redes hidrosanitarias y eléctricas, bajo la tutela de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios.
“En el proyecto no se modificó la estructura del edificio y se respetaron varios de sus elementos constructivos originales; en el caso de la marquetería, totalmente renovada, es una reproducción casi idéntica a la original; solo se transformó la decoración concebida para los niños y estas actividades lúdicas; otro mérito fue que se convocó a los artistas trinitarios”.
Así recupera su prestancia uno de los inmuebles con valor patrimonial en la céntrica calle de Jesús María, la más comercial de esta ciudad al centro sur de Cuba, gracias a una inversión financiada por el Ministerio del Turismo que no se detuvo pese a la emergencia sanitaria provocada por el nuevo coronavirus.
Además de los espacios para juegos, el Ocio Club, ofrece servicio de cafetería en su patio interior, donde se pueden realizar actividades infantiles; sin dudas una propuesta de buen gusto en una ciudad que intenta vivir en armonía con su pasado sin renunciar a los encantos de la modernidad.