Por: José Rafael Gómez Reguera
La COVID-19 sigue entre nosotros, invisible, atenta al menor descuido para contagiarnos. Cualquier medida de protección individual y colectiva es poca cuando de este enemigo, altamente transmisible y peligroso se trata. Así lo prueba el crecimiento de los contagios en el municipio de Trinidad, que al cierre de este martes 23 de febrero, sumaron otros dos casos positivos del SARS-CoV-2.
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De acuerdo con la información publicada por el sitio Prosalud Trinidad, en la red social Facebook, los casos son los siguientes:
- Paciente de sexo masculino, residente en el Reparto Plaza, perteneciente al Consejo Popular Armando Mestre.
- Paciente de sexo femenino, residente de la calle Calixto Sánchez, perteneciente al Consejo Popular Monumento.
Lo que va de año ha demostrado ser una etapa agresiva, con un desmesurado crecimiento de los casos positivos, y altas cifras de personas sospechosas, por tener algunos síntomas o ser contactos de casos confirmados con anterioridad, situación que ha obligado a crecer en capacidades en centros de aislamiento.
Las principales autoridades del territorio, encabezadas por el Consejo de Defensa Municipal, han reiterado la necesidad de profundizar en las medidas higiénico-sanitarias, y en la disciplina que debe prevalecer en la ciudadanía, aun cuando haya necesidad de hacer colas para comprar productos alimenticios y de primera necesidad.
Sin embargo, han alertado sobre el no cumplimiento de lo estipulado, visible en las principales unidades comerciales de la ciudad, tales como el establecimiento que vende cárnicos, en la calle Lino Pérez (antiguo Trasval), incluso con el sistema de ventas controladas por libretas.
Otro tanto sucede con el establecimiento de cárnicos de la calle Borrell (antiguo Siboney), y hasta en la tienda La Amistad, del CIMEX (también en la céntrica Lino Pérez), que expende productos en MLC, y donde es notable el encimamiento de personas.
Otro tanto ha estado sucediendo en el mercado La Caoba, en la intersección de las calles Camilo Cienfuegos (Santo Domingo) y Gutiérrez (Maceo), cada vez que se ponen a la venta productos de alta demanda.
En general, son situaciones desagradables hasta para las personas que sí son respetuosas del orden y contribuyen con los oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria presentes, aunque demandan de mayor energía por parte de las direcciones administrativas.
Solo así podría disminuir esta nueva ola de contagios que tiene en vilo a la Ciudad Museo del Caribe, pone en riesgo la vida socioeconómica, incluso el desarrollo del curso escolar que afortunadamente no ha tenido más que algunos casos de sospechas, debidamente aislados en su momento.
No menos relevante resulta la disminución de la actividad comercial y de servicios, en general, con afectaciones para las empresas y para el sector privado, que desea restablecer su gestión, cuando nos acercamos al primer año de que, precisamente en Trinidad, fueran detectados los primeros casos del nuevo coronavirus en Cuba.