
Este programa de atención priorizada a zonas rurales y de difícil acceso, fue creado, oficialmente, el 2 de junio de 1987. En la provincia espirituana abarca zonas de cuatro municipios: Trinidad, Fomento, Yaguajay y Sancti Spíritus. En Trinidad comprende los Consejos Populares de El Algarrobo, Topes de Collantes, Condado y Caracusey
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Por: Rafael Novoa Pupo
A finales de la década de 1980, el Estado Cubano puso en marcha el Programa de Desarrollo de la Montaña, conocido como Plan Turquino, en alusión a la elevación más alta del país, concebido para darle mayor prioridad a los esfuerzos que se venían realizando desde el Triunfo de la Revolución Cubana por el desarrollo económico, político y medioambiental de esos territorios.
Así surge el Plan Turquino fundado por el Consejo de Estado de Cuba el 2 de junio de 1987 con el propósito de lograr un desarrollo integral y sostenible de las zonas montañosas y de difícil acceso del país, conjugando los requerimientos productivos con el desarrollo social, la conservación de la naturaleza, y el fortalecimiento de la defensa del país, e integrando en sus acciones a los organismos e instituciones involucrados, en ese proceso.
En sus inicios, el proyecto contempló geográficamente cuatro macizos montañosos: Guaniguanico, en la provincia de Pinar del Río; Guamuhaya, en las de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus; Sierra Maestra, que incluye territorios de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo; y por último el macizo Nipe-Sagua-Baracoa, al norte de las provincias de Holguín y Guantánamo.

Determinar los territorios y los límites del Plan Turquino fue como redescubrir las áreas montañosas de la Isla. La encomienda estuvo a cargo de una comisión multifactorial integrada por organismos, tales como el Ministerio de la Agricultura, y la Empresa de Proyectos Agropecuarios, Suelos y Planificación Física.
Gracias a esos proyectos socioeconómicos hoy esos territorios disponen de los más elementales medios y servicios para potenciar el avance integral en sus comunidades, incluidas las que se ubican en las áreas más aisladas e intrincadas.
Otra de las prioridades del Plan Turquino era atraer fuerza laboral a las montañas, debido a la alta despoblación que sufrían. Por eso para los especialistas encargados de delimitar los territorios, era también un reto, hacer pruebas de suelo en el terreno, y definir allí mismo si servían para las plantaciones.
Asimismo pudieron comprobar que en esas zonas abundan el agua, la madera, renglones exportables como el cacao y el café y, además, producciones de viandas, granos, carne y leche. Para vincular cada vez más al hombre con su montaña era imprescindible mejorar las condiciones de vida, por lo que se potenció la construcción de viviendas, las que cada año van en aumento.

Las comunicaciones fueron otros de los indicadores potenciados por la Revolución cubana en esas zonas. Desde 1987 comenzaron a ser comunes las oficinas de correo, los transmisores de radio y televisión, las salas de video y hasta la Televisión Serrana que desde 1993 se ha propuesto el rescate de la cultura local, a la vez que reflejar los intereses de la comunidad.
A 36 años de existencia de este programa, la Revolución no solo centró sus esfuerzos en el desarrollo económico de las zonas del Plan Turquino, baluarte en la defensa del país, también impulsó la cultura, el deporte y la recreación, así como a grupos y compañías de teatro, danza, música y de las artes tanto visuales, como plásticas.