Trinidad: un patrimonio de sus hijos y para el mundo

Centro Histórico de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

La declaración del Centro Histórico de Trinidad y su Valle de los Ingenios como Patrimonio Cultural de la Humanidad hizo justicia a los encantos que preservó la villa en sus siglos primigenios y sobrevivieron al tiempo y a no pocos años de desidia.

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Tarja que en el Centro Histórico de Trinidad da fe de la declaratoria de Trinidad como Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Foto. José Rafael Gómez Reguera.

La ciudad nació entre rejas de singulares formas, llamativas edificaciones y calles empedradas. Su típica arquitectura de lujosas mansiones, con techos de tejas rojizas y portales de balaustradas de madera, muchas de ellas hoy museos, las antiguas plazas, los edificios públicos y el entorno natural entre la llanura, montaña y el mar enorgullecen a sus hijos y enamoran al visitante.

El valle cuenta también su propia historia; su impresionante legado de casas haciendas, torres, calderas y remanentes industriales se presenta como testigo de una lejana época donde el azúcar devino principal fuente de prosperidad para la villa; siglos más tarde en la fértil llanura renacen casas haciendas, el cultivo de la caña y otros alimentos.

32 años después de aquel diciembre, Trinidad agradece el empeño de sus más preclaros hijos: Alicia García Santana, Silvia Teresita Angelbello, Víctor Echenagusía, Roberto López Bastida (Macholo), Carlos Joaquín Zerquera y Fernández de Lara y muchos otros que develaron los encantos de esta urbe con otros espíritus recorriendo sus chinas pelonas y asomados en los balcones.

Tarja que en el Centro Histórico de Trinidad da fe de la declaratoria de Trinidad como Monumento Nacional de la República de Cuba. Foto. José Rafael Gómez Reguera.

Ellos anidan también en las manos de los artistas locales, quienes bebieron en la tradición y le regalaron a esta tierra otros atributos que hoy la embellecen: Ciudad Artesanal, por el Consejo Mundial de Artesanías, y Creativa en Artesanías y Artes Populares por la UNESCO; la magia de sus noches, los sabores de su cocina, sus ritmos de tambor y melodiosa trova, el aliento de sus días que ni siquiera la COVID-19 ha logrado apagar.

Este 8 de diciembre la urbe trinitaria agradece la vehemencia con la que muchos defienden el patrimonio como bien común, sin falsos retoques, sin pactos mezquinos con el necesario desarrollo turístico, renovada y auténtica.

Centro Histórico de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Tanto el Centro Histórico de Trinidad como las demás áreas del territorio demandan un adecuado ordenamiento urbano. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Centro Histórico de Trinidad desde el moderno hotel La Popa. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Vista del Patio Béquer, del Centro Histórico de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Torre del antiguo convento de San Francisco de Asís en el Centro Histórico de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Centro Histórico de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Barrio de Las Tres Cruces, en el Centro Histórico de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

 

Centro Histórico de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera.