Escuela de oficios de restauración en Trinidad mantiene a distancia preparación de sus alumnos

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

Aún en la modalidad a distancia, la Escuela de Oficios de Restauración Fernando Aguado Rico de Trinidad provee a los jóvenes estudiantes de las herramientas imprescindibles para emprender el camino del conocimiento de prácticas tradicionales y de la pasión por componer los detalles del pasado de la ciudad colonial.

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La matrícula de este curso atípico, pero que no escatima en rigor docente, asciende a 70 alumnos en las especialidades de albañilería, carpintería, herrería, cerámica, restauración de papel y modi-costura, una modalidad estrenada en el curso 2020 avalada por la maestría de las manualidades en esta urbe y los reconocimientos de ciudad artesanal y creativa de la UNESCO.

Marianela Herrera Martínez, directora de este centro -hijo pródigo de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios- comenta entusiasmada acerca de la novel especialidad, “un anhelo de muchos” y que se materializa gracias a la colaboración del grupo suizo Ganydar, el cual ha dotado a la escuela de máquinas herramientas para complementar el proceso docente en las aulas talleres de la institución:

“Ya se encuentran en Cuba nueve máquinas de coser de última generación, tejidos, hilos y otros enseres de costura, que llegarán en breve a nuestra escuela de oficios; pero la intención del grupo suizo es extender la colaboración a acciones de capacitación dirigidas a las artesanas trinitarias. En un primero momento para las integrantes de los proyectos Siempre a mano, Entre agujas y Urdimbre y luego el resto de las artistas. Por tradición heredamos muy buenas labores en el arte de la lencería, pero es importante la actualización en cuanto a modernas tendencias de la moda y el buen vestir.”

Herrera Martínez destacó asimismo que la modalidad a distancia ha significado un reto para el claustro docente y los estudiantes que prosiguen su preparación a través de las nuevas tecnologías y la orientación de trabajos extraclases. Los encuentros en la escuela se desarrollan con un número reducido de alumnos y sin descuidar las medidas higiénico- sanitarias establecidas para prevenir la COVID-19.

Los jóvenes tampoco se han desvinculado de las obras docentes, calificadas como “trabajos de envergadura”, por la directora de la escuela trinitaria, vinculados a la terminación de viviendas que se ejecutan en el territorio mediante el programa de subsidios, además de la producción de elementos de barro, como ladrillos macizos y lozas, empleados en las labores de restauración en la ciudad.