Por: José Rafael Gómez Reguera
Cada día José Julián Martí Pérez, nuestro Héroe Nacional, recibe en Cuba el más hermoso de los homenajes: el esfuerzo de todo un pueblo por seguir adelante, a pesar de las dificultades que enfrenta esta Isla del Caribe, pequeña en extensión territorial pero grande como pocas, solidaria, aguerrida.
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El enfrentamiento al férreo bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, fortalecido en los últimos tiempos, y denunciado desde los más importantes foros internacionales, deviene serio problema para el desarrollo de la nación, asediada desde cualquier rincón del planeta por quienes persiguen hasta el más mínimo deseo de colaborar con Cuba para coartar esas intenciones, imponer zancadillas, chantajear si es necesario.
A pesar de ello, al interior del país, el enfrentamiento a la pandemia ocupa y preocupa. La calificada comunidad científica, en tiempo récord, ha puesto a disposición de los cubanos varios candidatos vacunales, dos de los cuales, Abdala y Soberana 02, ya se inoculan a amplios sectores poblacionales, y de seguro demostrarán su eficacia, tras las dosis requeridas, tal como está sucediendo en Trinidad con el primero de ellos.
No es este un homenaje más al Maestro, en el aniversario 126 de su caída en combate en Dos Ríos. Es uno especial porque a pesar del necesario distanciamiento físico, andamos más juntos que nunca, “como la plata en las raíces de los Andes”, como pedía Martí para la América toda. Cada cual en su sector, la defensa, la producción o los servicios, la vista puesta en que un futuro mejor es posible.