Hoy se celebra en la zona marítimo-portuaria de Casilda, la fiesta tradicional Santa Elena, con orígenes en la primera mitad del siglo XIX y que pervive en el poblado cabecera del consejo popular del mismo nombre, esta vez, a consecuencia de la pandemia de la COVID-19, desde las redes sociales
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Por: Juan Carlos Naranjo
La génesis de la fiesta tradicional marítima Santa Elena está en la religión católica como casi todas las celebraciones populares que se traspolan a nuestros días: el 18 de agosto de 1849 tuvo su inicio con la consagración de la iglesia del mismo nombre que abría sus puertas a los creyentes del poblado costero de Casilda.
Después de celebrada la misa hubo una fiesta con 280 invitados, la mayoría personalidades de Trinidad, hicieron un almuerzo y comienzan posteriormente tres días de feria en las que se vendían productos artesanales , y del mar todos relacionados con el poblado sureño.
Lissy Toledo Acosta, licenciada en bibliotecología, quien realizó una investigación de la cita, habla de un después de la festividad: “El 17 en la Sociedad Unión y en la Sociedad para negros también se hacían bailes hasta el amanecer del 18 de agosto, día que las personas participaban en la misa, hacían bautizos y después de las ceremonias religiosas, el pueblo se concentraba en el parque y allí realizaban diferentes juegos, hasta que en la tarde eran las competencias en el muelle.”
Aunque la fiesta tradicional marítima Santa Elena es una de las pocas de su tipo en la isla, a finales de la década de los 60 fue perdiendo fuerza, a tal punto que solo los más viejos con sus anécdotas la traían de vuelta. En 1990, con la fundación del consejo popular Casilda, su primera presidenta, Lucrecia Ichaso Rodríguez, retoma la cita.
“Entonces, recuerda Lucrecia, yo tenía que medir milimétricamente todo para poder hacer esa fiesta, pleno período especial y lo logré, la parte del litoral fue la que mejor me quedó porque era la que más me interesaba, pues en esa celebración, casi única en Cuba, lo marítimo es lo más importante, y funcionaba el vínculo con el INDER para hacer la cucaña, el palo encebado, las competencias de natación y otras atracciones.”
Por ese apego a la comunidad costera, a su gente, a sus tradiciones, Lucrecia Ichaso Rodríguez carga sobre sus espaldas aún el sobrenombre de la alcaldesa de Casilda, título que acuñó un colega del periódico Escambray.
Con la gestión de la actual presidenta del consejo popular, María Elena Pomares, a la cita se le sumó algo que le faltaba, la procesión que sale desde el 2018.
Que sea este trabajo la motivación para que casildeños presentes y ausentes desempolven fotos, documentos, todo lo que atestigüe el jolgorio que durante los días 17 y 18 de cada agosto trae la fiesta marítima Santa Elena. Y es que la etapa post pandemia cancela la diversión callejera, obliga recurrir al pasado para no olvidar: las redes sociales esperan por la tradición.