Mujer deportista trinitaria: conquista de nuestra Revolución

La mujer deportista trinitaria, ejemplo y constancia.
La mujer deportista trinitaria, ejemplo y constancia.

Trinidad sobresale en el quehacer deportivo, en el ámbito femenino, bajo la impronta de figuras como Nelly García Adlington y Ángela Soto del Valle

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Por: Joaquín Gómez Serra

“Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas”. Así escribía el Apóstol José Martí  una carta a María Mantilla, 9 de abril de 1895.

Sabias palabras las del Héroe Nacional, y que se traspolan también al deporte, ya que muchos de los triunfos del músculo en Trinidad tienen un sello especial: han sido logrado por mujeres.

Antes de la alborada de la Revolución Cubana, los triunfos deportivos del mal llamado sexo débil eran poco menos que desconocidos, pero el auge e impulso suscitados durante estas seis décadas ya le permiten realizar importantes aportaciones al medallero nacional en trascendentales citas foráneas.

En este 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, la actividad física en la Villa Patrimonio de la Humanidad es todo un derecho de la mujer. En estos años de Revolución, cientos son las chicas y madres cuyas actuaciones quedan fijas en la memoria. Nadie olvida a mujeres de la talla de las precursoras del deporte de la gimnasia espirituana, la indiscutible campeona Leyanet González, o a la gacela silvestre de las pistas, la jatiboniquense Aurelia Yeya Penton.

En tanto, la pelota y el voleibol en Trinidad, fueron hijos de dos señoras de la talla de Nelly García Adlington y Ángela Soto del Valle, a la postre promotora de la cultura física en la playa La Boca.

A ellas les siguieron otras mujeres que enfrentaron la práctica del deporte de los superreflejos como Zoila Jiménez, Carmen Mora y las hermanas Aurora y Aracelis Tabares, pioneras de esta disciplina y que marcaron la huella imperecedera para las futuras generaciones de deportistas trinitarias.

El recuento tiene otros rostros en esta tierra del centro de Cuba. Impensable hacer el recuento sin incluir a figuras como Ana Ibis Fernández, nacida en Condado, un pueblo del Plan Turquino trinitario, y que puede vanagloriarse de ser una de las Morenas del Caribe, selección con la que se tituló como campeona mundial de voleibol en Leningrado 1978.

La preponderancia de las mujeres no sólo se produce en el deporte activo, pues muchas de ellas, después de dejar marcas indelebles en su trayectoria competitiva, como la sureña Lency Montelier, titular panamericana de los 400 metros con valla entrega hoy sus mejores fuerzas a la labor de formación de nuevos deportistas de atletismo en la tierra que es bañada por las aguas del Mar Caribe.

Muchos son los nombres de mujeres deportistas que han puesto o ponen bien en alto el nombre de la añeja villa en el ámbito nacional o en lides internacionales. En esta hora de recuento podemos hablar de mujeres softbolistas como Martha Esther Torres Palenzuela o la pelotera Yamisleidis Pérez.

Por todas estas razones, las mujeres del deporte en Trinidad tienen historia, medallas y sueños que la enaltecen y la convierten en paradigmas y referencia imprescindible a la hora de hablar y escribir la historia de estas más de seis primeras décadas del deporte revolucionario. Gracias a ustedes mujeres deportistas, que hacen hoy que el deporte sea realidad, futuro y nuestra razón de ser.