Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
En la Casa del Abuelo Esperanzas de Vivir de la ciudad de Trinidad, 28 adultos mayores se benefician con un noble programa para su inserción social, según explicó Yasmina Rodríguez Salinas, quien se desempeña como Trabajadora Social y de Rehabilitación.
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De acuerdo con sus palabras, en la institución se realizan diversas actividades de terapia ocupacional encaminadas a rehabilitar pacientes con discapacidades físicas, en tanto allí no acogen a aquellos ancianos con discapacidad mental.
Estas terapias incluyen el psicoballet, cine-debates, lecturas comentadas asi como actividades de manualidades para que los abuelos trabajen diferentes técnicas. Asimismo, se hacen conversatorios sobre deberes y derechos de los ancianos en Cuba, y se incluyen actividades recreativas y culturales que son de su agrado.
En estos momentos, con la Cátedra del Adulto Mayor, se trabajan las técnicas del Tai Chi, para, de conjunto con lo demás, mejorar la calidad de vida del Adulto Mayor.
En fecha todavía reciente, el lugar que ocupa la Casa del Abuelo fue reparada y mejoradas sus habitaciones, así como el área de servicios, lo cual ha influido favorablemente en los abuelitos y en los trabajadores encargados de atenderles.
Uno de los elementos en los cuales se trabajó fue en la eliminación de las barreras arquitectónicas, imprescindibles para la locomoción de las personas. Asimismo, se fue cuidadoso con la decoración y la ambientación, y se garantiza la higiene del sitio así como la inocuidad de los alimentos que consumen. En este último aspecto, los trabajadores del centro contribuyen considerablemente.
Rodríguez Salinas argumentó que cuando un anciano llega a la institución, tienen un mes de adaptación. Si el propósito se consigue, se establece una colaboración mutua y se inserta en las propuestas organizadas. Si ello no se consigue, la persona es retornada al medio familiar. Aunque hasta la fecha, quienes han llegado han dicho sentirse satisfechos y disfrutan su estancia.