Por: José Rafael Gómez Reguera
Cuba entera está llena de tristeza. Lo sentimos en cada calle. Todos hablan del tema. También en Trinidad se siente ese ambiente luctuoso, y no puede ser de otra manera. Ha muerto Eusebio Leal Spengler, el querido Historiador de La Habana, quien, desde su responsabilidad en el ámbito patrimonial, hizo del amor a la capital de Cuba y a todas las ciudades primadas de la Isla su razón de ser.
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Aquí, en la Tercera Villa de Cuba, se le recuerda por sus recorridos, su verbo encendido, sus indicaciones sobre la conservación y la restauración de lo que él llamó “la joya de la corona de las ciudades patrimoniales cubanas”, y hasta sus fuertes críticas cuando se tomaron determinadas acciones que afeaban el entorno, aun cuando sus objetivos fueran comprensibles, “porque la cultura es lo primero”.
Y en ese término, englobaba todo lo que Trinidad significaba para la Isla, como el centro urbano mejor conservado de Cuba y de América Latina, no por gusto declarado, primero, Monumento Nacional de la República de Cuba, y luego Patrimonio Cultural de la Humanidad, junto a su Valle de los Ingenios, y así, alcanzara otros títulos como el de Ciudad Artesanal y Ciudad Creativa en Artesanía y Artes Populares de la UNESCO.
Fue Leal siempre leal a sus ideas y convicciones, orador incomparable, trabajador incansable, lector empedernido, estudioso, de esas personas para quienes las 24 horas del día parecen pocas cuando de emprender proyectos se trata, y de soñar, siempre soñar con una Habana más linda y una población con necesidades cubiertas y servicios que la distinguieran, como ya la distinguen sus obras monumentales, esas que llevan su sello, como el Teatro Martí, la escultura ecuestre de José Martí, el Capitolio Nacional de Cuba…
Hay tristeza en toda Cuba, sí. Es innegable. Muchas palabras quedan en el camino cuando hablamos del ferviente martiano amigo de Fidel y Raúl, del hombre, del amigo, del historiador, del profundo conocedor de nuestra historia patria… Sin embargo, como bien dijera nuestro Héroe Nacional, “la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.
Entonces, sí, ha muerto Eusebio Leal. ¡Viva Eusebio Lea!.
