Por: José Rafael Gómez Reguera
En el aniversario 57 del asesinato del combatiente de los Órganos de la Seguridad del Estado Alberto Delgado Delgado, y con apego a los protocolos higiénico-sanitarios que impone la presencia de la COVID-19, hoy jueves 29 de abril, en Trinidad se le rendirá homenaje de recordación al agente El Enano.
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La ceremonia tendrá lugar al pie del monumento que perpetúa su memoria, en los alrededores de la finca Masinicú, donde Alberto Delgado se desempeñara como administrador, a fin de encubrir su actuación como agente infiltrado en las bandas contrarrevolucionarias que asolaban el Escambray, en los primeros años de la Revolución.
Según reseña Ecured, “Después de realizada con todo éxito la Operación Trasbordo, la Seguridad le plantea a Alberto que podía correr peligro, por lo que su permanencia en la finca era muy peligrosa. No obstante, él se negó firmemente a retirarse, argumentando que su misión dentro del enemigo contribuía a conocer sus planes, a evitar el asesinato de personas inocentes y la muerte de milicianos en las operaciones militares, y que ese modo de operar era menos costoso en vidas humanas”.
“El alto número de bajas en las operaciones de las milicias contra las bandas encabezadas por los principales cabecillas responsables de graves deudas con la justicia, de un lado, y la evidencia del interés de la mayoría de esos elementos de salir del país, llevó a la Jefatura de la LCB y los órganos de la Seguridad, a concebir un plan de “salida” de esos individuos que permitiera su captura incruenta, que luego recibiría el nombre de Operación Trasbordo, indica en un artículo de Escambray, el periodista Pastor Guzmán.
“El arriesgado, pero en la práctica fructífero proyecto, fue canalizado a través del agente Alberto Delgado Delgado, designado por la Jefatura del DSE en La Habana para infiltrarse entre las bandas que operaban en el Escambray, y sugerir que tenía suficientes contactos como para ofrecer la posibilidad de sacar grupos completos de alzados hacia el extranjero, añade el artículo citado, donde se proporcionan otros elementos:
“Así, en febrero de ese año 1964, Alberto Delgado, el agente El Enano de la Seguridad, logra la captura de la banda de Alfredo Amarante Borges, más conocido por Maro, mediante el procedimiento de llevarlos a la costa por la zona de Morón, desde donde se trasladaron en un bote tripulado por un agente del DSE a un barco cubano disfrazado de unidad de la Marina yanqui, con tripulación que poseía dominio del idioma inglés y vestidos con uniformes de la U.S. Navy.
“Tras no pocas vicisitudes, Alberto repite su hazaña el 28 de marzo, cuando lleva en un camión hacia el mismo punto de la costa norte, al cabecilla de bandidos Julio Emilio Carretero y su bandada de criminales, que son atrapados igualmente sin disparar un tiro. Lamentablemente, la temeridad de El Enano y la suspicacia del cabecilla José “Cheíto” León, quien le dio una contraseña secreta a Carretero, se conjugaron para confluir en el asesinato de Delgado Delgado exactamente un mes después”.
Descubierta su identidad por los elementos contrarrevolucionarios, bandidos al mando de Cheíto León y Rubén Cordobés en horas de la noche del 28 de abril de 1964, en las márgenes del río Guaurabo, frente a la finca Masinicú, en el Escambray, Alberto se enfrentó solitario a las dos bandas de alzados y a un grupo de colaboradores de estos que trataron de arrancarle información sobre su actividad como agente de la Seguridad del Estado. En ese momento, sus únicas armas eran las convicciones revolucionarias que lo habían llevado a penetrar en las entrañas de un enemigo que cometía actos de terror contra su pueblo.
El cuerpo sin vida de Alberto Delgado Delgado fue encontrado ahorcado, en las primeras horas del día 29 de abril de 1964, hace ahora 57 años, con evidentes signos de tortura. “A juzgar por las heridas, apreciables a simple vista, había sido sometido a una golpiza brutal. El cadáver presentaba hundimiento del cráneo, fracturas en ambas piernas, un brazo y una clavícula, cuchilladas en la ingle y escoriaciones por todo el cuerpo”, abunda Ecured.
En el lugar donde fuera asesinado este combatiente de los Órganos de la Seguridad del Estado, fue erigido un conjunto monumentario que recuerda a Alberto Delgado Delgado, y que se anexa a la casa-museo de la finca Masinicú, atendidos por el Museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos, que radica en el antiguo convento de San Francisco de Asís, en pleno Centro Histórico de la ciudad de Trinidad.
La vivienda de Masinicú fue recientemente restaurada por especialistas de la referida institución, que le han devuelto sus características originales, además de un montaje museográfico acorde a los tiempos actuales.