Las madres, remanso seguro siempre

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

La maternidad pone a prueba innumerables virtudes: ternura, sacrificio, amor incondicional, capacidad para resistir todos los embates y ser remanso seguro siempre.

MATERIALES RELACIONADOS

Iniciativas de Comercio en Trinidad con motivo del Día de las Madres
Con variadas ofertas ARTEX Sancti Spíritus por el Día de las Madres
Ante la COVID-19, en Trinidad no se pueden visitar los cementerios

OTROS MATERIALES SOBRE TRINIDAD

Dispone PESCASILDA de dos fábricas de hielo, una de moderna tecnología
Llaman en Trinidad a convertir en congreso cada colectivo donde funcione un núcleo del Partido
Se impone en Trinidad mayor aprovechamiento de las producciones agrícolas
En Trinidad de Cuba, la solidaridad tiene rostros
Desde este jueves venta organizada por bodegas, de cárnicos en las tiendas de Cimex y Caracol

El segundo domingo de mayo llega otra vez bajo la sombra de la pandemia que ha cambiado ciertos rituales de esa celebración como las reuniones familiares y los regalos no solo a las madres, sino a las tías, las abuelas o las buenas amigas. Será un homenaje en la distancia.

¿Cómo olvidar a esas madres coraje? Son las que, con el corazón apretado, dejan a sus hijos, a los seres más queridos en casa para cumplir con su deber. La doctora Leyanis Torres y la enfermera Arletis Ramos son dos trinitarias que han desafiado zozobras y contagiosmientras se sobreponen a la añoranza de las caricias y los besos.

Estomatóloga Leyanis, confiesa sus miedos desde los primeros pacientes enfermos con la COVID-19; por eso no descuida ninguna de las medidas de bioseguridad porque lo que más le atemoriza es poner en riesgo a su hijo, a su familia.

Desde la comunidad montañosa de Pitajones viajó Arletis al Hospital Militar Manuel Piti Fajardo de Villa Clara en abril del año pasado para prestar servicio en la sala de terapia intensiva; allí venció los fantasmas del miedo con la certeza del regreso victorioso junto al resto de sus compañeros y la promesa del reencuentro con su hija adolescente.

Ante ese monumento de virtudes los hijos crecen y se esfuerzan por estar a la altura, por reciprocar y superar cualquier desvelo. Romelia Mendoza Mendoza y Mayuli Rondón Valmaceda, dos campesinas del municipio de Trinidad, saborean desde el trabajo esta dulce recompensa.

Ellas –como los árboles- han echado raíces en el campo, en la zona de La Paloma y miran con regocijo a sus retoños crecer; tanto sacrificio no cabe en una entrevista, pero a todas por esa dulce virtud de la maternidad se nos ensancha el corazón cuando los vemos tomar el camino recto.

El amor de una madre es felicidad y paz, aunque duela siempre su ausencia. ¿Qué homenaje les hacemos en esta primavera rara de coronavirus? ¿Un aplauso desde los balcones? ¿Una videoconferencia familiar? Algo se nos ocurrirá para multiplicar y compartir la veneración que inspiran esos seres de luz.