Por: Juan Carlos Naranjo
Basta una visita sin apuros al museo de arqueología Guamuhaya para descubrir la génesis y desarrollo posterior de Trinidad, al centro, una de las ciudades más antiguas de América. La referida institución cultural, nacida el 15 de mayo de 1976, cumple 45 años y ahora cerrada al público; la pandemia que azota al mundo lo impuso.
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Sin embargo a los anfitriones no les contagia la inercia y deciden dedicar el tiempo a la conservación y mantenimiento de las piezas que atesora el inmueble, asesorar investigaciones y divulgar a través de las redes sociales las valiosas colecciones.
A través de sus 9 salas exhibe objetos pertenecientes a los aborígenes de la región centro-sur de la Isla durante la etapa precolombina. Se observan asimismo testimonios materiales del período colonial de muy variado origen y factura, entre ellos restos óseos humanos resultado de excavaciones y hallazgos.
La institución promueve el Taller de arqueología Centro Sur de Cuba que lleva a los investigadores a hurgar en las profundidades de la tierra en la ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, la península de Ancón y otras áreas del litoral sureño.
Plantado en la otrora casona de la familia Padrón, el museo complementa durante varios años un trabajo puertas afuera, al decir de su directora, Gloria Arrechea Malibrán.
“Tenemos un vínculo muy estrecho con la universidad, y con las diferentes escuelas porque los museos tienen que expandir sus sabiduría puertas afuera, trabajamos con todos los grupos etarios”, subrayó.
El museo nació bajo la égida de su primer director, Máster Alfredo Francisco Rankin Santander, quien tuvo la dicha de disfrutar antes de su muerte, la reapertura del inmueble en 2012, tras una reparación total.
Con la jubilación, Rankin Santander donó sus libros y documentos personales, ricos en estudios sobre arqueología, al Centro de Documentación que hoy lleva su nombre.
Él había expresado que la institución era su propia vida, pues lo fundó, y él y sus colegas consiguieron colectar la mayoría de las evidencias hoy exhibidas al público. También el museo caló muy hondo en las directoras que le siguen Teresita Angelbello y Gloria Arrechea, la actual.
A la institución decimonónica la prestigia el equipo de investigadores y museólogos que cada vez aportan más. No se cansan de dar. Así cuidan y muestran con orgullo el busto el Barón Alejandro de Humboldt, que en su corta visita a Trinidad en 1801, como parte de su primer viaje a Cuba participara en una tertulia que se organizaba en el inmueble.
Por eso la inercia se esfuma, se queda puertas afuera .Y es que los anfitriones del museo de Arqueología Guamuhaya solo esperan que se marche la pandemia para volver a lucir los tesoros que distinguen el recinto que tanto aman.