Por: José Rafael Gómez Reguera
Desde el 4 de abril de 2003 hasta la fecha, Radio Trinidad Digital navega por la Red de redes. Ya son 18 años. Su presencia en Internet se ha hecho tan habitual como necesaria en un mundo interconectado que precisa de información veraz, oportuna, y siempre al servicio de Cuba y su heroico pueblo, siempre bajo asedios y bloqueos, y desde hace algo más de un año, a pesar de estos tiempos de pandemia donde casi todo se ha trastocado.
OTROS MATERIALES DEL ÁMBITO CULTURAL
Escuela de Restauración de Trinidad: la maravilla de los oficios Sucursal bibliotecaria de Pitajones, fuente promotora de la Campaña Nacional de la Lectura en Trinidad Escuela de oficios de restauración en Trinidad mantiene a distancia preparación de sus alumnos Dos edificios en Trinidad nominados al Premio Provincial de Restauración Renacer: propuesta de los jóvenes creadores Fernando Blanco y Norswilliams Gálvez
Hablar de rutinas productivas se hace bien difícil, porque supone lidiar con dos formas de hacer no siempre conjugadas con idoneidad: la que se necesita para las ondas radiales, con lenguaje apropiado y diversidad de voces y sonidos, y la que un sitio web demanda, donde caben desde los trabajos escritos hasta los audios, los vídeos, los gráficos, las fotografías… ¡Y siempre hay que aprender!
Aunque los equipos de trabajo han variado, e incluso las formas de organización, siempre requeridas de actualización, lo cierto es que el sitio web de la emisora radial trinitaria no solo es buscado en su dirección actual, sino también en las réplicas de sus titulares e hipervínculos en las redes sociales Facebook y Twitter, sin que llegue la complacencia por lo conseguido. Quizás nunca se alcance. Ir en pos de mejores desempeños es el sino de cada medio periodístico.
Lo cierto es que cumplir esta juvenil edad, donde hay determinada experiencia sedimentada, supone ver crecidas las expectativas personales, enorgullecerse cuando un material se acerca lo más posible al centro de la diana y repercute mas allá de lo esperado, o cuando los preciados “likes” se multiplican en corazones rojos, o señales azules; o cuando una llamada telefónica de amigos o colegas hace dudar de la tan cuestionada falsa modestia para alegrar el interior del aludido.
Así somos, así seguimos, forjando alianzas, creciendo, desde el corazón de una ciudad que se aproxima a sus 508 años de existencia y es referente de cultura, de patrimonio edificado, restaurado y conservado con celo; de turismo optimista cuando la COVID-19 deje de hacernos peligrar; de personas especiales orgullosas de estar cerca del mar y del monte, y sobre todo de su cubanía.