Este miércoles comenzó en Trinidad la vacunación masiva contra la COVID-19 con Abdala en casi un centenar de centros que fueron certificados como vacunatorios
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Por: José Rafael Gómez Reguera
Al caer la tarde de este miércoles, médicos y enfermeras tenían un notable cansancio. Se les notaban las muchas horas de trabajo de una intensa jornada en el inicio de la vacunación masiva antiCOVID-19 en este municipio de Trinidad. Había, y sigue existiendo, una alta expectativa que se corresponde con la necesidad de inmunizarse contra un enemigo invisible, feroz, que muchas víctimas ya ha cobrado. Mas siempre se apreció esfuerzo.
Indudablemente, en la mayoría de los 90 sitios habilitados, se apreció disciplina y organización, higiene y limpieza, y sobre todo muy buen trato por parte del personal médico y de enfermería, no solo al controlar los parámetros de presión arterial, sino en la orientación de dónde les correspondía la vacuna. Otros lugares demandan reajustar su labor. Este es el caso del vacunatorio de la primaria Marcelo Salado, con pacientes de tres Consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia (CMF) a vacunarse en un amplio local. Ellos están enclavados en zonas densamente pobladas. Quizás fuera preferible desagregarlos por otras zonas de un plantel con muy buenas condiciones constructivas.
Vale destacar el esfuerzo común de empresas y organismos que han estado y siguen estando al tanto de los detalles para que esta importante misión, ahora en su primer paso, transite hasta el final y consiga los resultados esperados varios días después de la tercera dosis.
Desde temprano en la mañana, de conjunto con los CDR y las autoridades de Salud Pública, y diversas entidades de la localidad, los vacunatorios recibieron el inmunógeno y posteriormente comenzaron la administración de este preparado que ya navega por los cuerpos de alrededor de un millar de personas mayores de 19 años que no sean alérgicos al Tiomersal, estén controlados de sus enfermedades de base y mantengan estable su presión arterial. Tampoco pueden vacunarse con Abdala quienes son convalecientes de la COVID-19.
Ha sido, a no dudarlo, un día fuerte para todos, tras el cual deben valorarse los mecanismos de aviso, algunos tan sencillos como un recordatorio expuesto a la puerta del CMF, con una alta responsabilidad para médicos y enfermeras de la familia quienes, previamente, y en coordinación con otros factores de la comunidad, precisaron datos sobre todo de los adultos mayores.
Arranca el jueves y de nuevo todo vuelve a ese ajetreo en pos de la salud de nuestro pueblo, que, nunca está de más, debe redoblar esfuerzos para el cuidado, la higiene, el distanciamiento físico… Vacunarse es un paso más para derrotar a la COVID-19, pero no lo es todo.