El municipio de Trinidad, y en especial su ciudad cabecera, revitalizan la industria del ocio con todas sus propuestas de alojamiento, culturales y recreativas, disponibles para el turismo nacional y visitantes foráneos
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Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Trinidad de Cuba recibe con optimismo la nueva normalidad que significa la reapertura del turismo, uno de los pilares del desarrollo para la provincia y el país, pero también del curso escolar y del resto de las actividades productivas y de los servicios en función de revitalizar la economía y mejorar el bienestar de la población.
De ello no tiene duda Alexis Santana, artista de la plástica quien reconoce el impacto de la pandemia en todo el mundo, pero en Cuba con la consecuencia añadida del bloqueo de Estados Unidos: “El turismo es la locomotora de la economía, pero debemos impulsar otros sectores que no pueden quedarse atrás, sobre todo en el nuevo escenario donde otras formas de gestión estatal tienen la posibilidad de aportar y crear ofertas”.
Con ánimos de apreciar cómo la urbe sureña respira sin el agobio del nuevo coronavirus –gracias al control y disminución de los contagios- Radio Trinidad Digital recorrió las calles para constatar el retorno de las rutinas que siempre distinguieron a la ciudad: los niños y los jóvenes camino a la escuela, o de regreso, los trabajadores en medio de sus responsabilidades cotidianas, los vendedores pregonando sus ofertas, las instituciones recreativas y culturales otra vez de anfitriones, negocios particulares en labores de limpieza y listos para cautivar a los visitantes… la nueva normalidad que soñamos todos, ahora con nasobucos, soluciones para las manos y vacunados.
En la Plaza Mayor aún se extraña el movimiento de visitantes nacionales y foráneos. Lo sabe el artesano Adrián Carmona, quien ha tenido que reinventarse para encontrar otras fuentes de ingreso en la etapa de pandemia; por ello es de los que se siente optimista y sueña con la ciudad cosmopolita que acogía en su centro histórico, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, a turistas de medio mundo, enamorados también de la maestría de las tradiciones manuales.
“Soy de los que confía en que vamos a retomar el rumbo de nuestra economía; necesitamos esos ingresos para sustentar a la familia y adquirir nuevas materias primas para producir y aportar al desarrollo del país. Lo más importante es mantener las medidas de higiene, el lavado de las manos, el distanciamiento físico. Con responsabilidad individual y las vacunas vamos a disfrutar de la nueva normalidad”.
Junto a otros artesanos del proyecto Urdimbre Adrián regresó a los portales del Museo Romántico para retomar las labores de la aguja; nuevos motivos guían las manos de estos artistas a los que la COVID-19 les probó la capacidad de resiliencia y ahora disfrutan los detalles de lo cotidiano: la ciudad que poco a poco se despabila, las propuestas de las instituciones culturales, la vida que siempre contagia esperanza.
Siempre positiva, Obdulia González Gómez, Yuya, coincide en los beneficios de la reapertura para la economía y en particular para los trabajadores por cuenta propia, quienes representaban el 49 por ciento de la fuerza laboral empleada en el municipio y aportaban cerca del 50 por ciento de los ingresos al presupuesto del estado: “La única forma en que el país y nuestro territorio vayan adelante es con la reanimación del turismo y de otras actividades; la epidemia está controlada, pero no se va acabar, por eso tenemos que cuidarnos”, insistió la artesana.
Los museos, joyas de la arquitectura y del patrimonio, también reabrieron sus puertas con la invitación a visitar sus salas y apreciar los valiosos fondos que atesoran, excelente propuesta para toda la familia, tras varios meses de confinamiento, especialmente para nuestros niños y jóvenes que retornaron a sus escuelas, otro acontecimiento que merece celebración.
Desde el Museo Romántico, Isabel Rueda, su directora, comparte el entusiasmo de los alumnos y los padres, mientras coincide en la necesidad de reactivar el desarrollo económico: “El encadenamiento productivo constituye una estrategia acertada porque le da participación a los nuevos actores para incrementar las ofertas y bajar los precios, con un impacto positivo para el pueblo, vamos por buen camino hacia una Cuba mejor”, declaró.
La industria turística también se ha puesto en marcha con la reapertura de instalaciones hoteleras y extrahoteleras de manera gradual. Trinidad de Cuba se ratifica como uno de los destinos más atractivos y seguros, gracias a sus encantos culturales y paisajísticos que perduran pese a las angustias de la pandemia y conducen, junto a la creatividad de los habitantes de esta tierra, a una normalidad con mascarillas y esperanzas.